Elza María Lopes
Elza María Lopes es Psicóloga, con Especialización en Psicoterapia Infantil, Psicoanalista, y con Maestría en Educación. Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana. Cuba. Analista Trainee de la SBPA E-mail de la autora: e_ml@terra.com.br
RESUMEN
El presente trabajo hace junto con el relato del mito las lecturas simbólicas de tres mitemas, los cuales consideramos fundamentales para entender la “personalidad de los dios” durante su trayectoria. Apolo pasa por diversos combates, numerosos fracasos amorosos y entra en la mítica griega, trayendo el tiempo nuevo, como intérprete del padre Zeus. Se hace el tutor de las Artes, principalmente de la Música, de la Astronomía y el patrón de la Medicina; bajo el epíteto de peã era considerado el médico de los Dioses y genera hijos ilustres como: Esculapio y Orfeo.Mostramos de esta forma cómo la expresión arquetípica se actualizó y entendemos que su coniunctio es realizada de forma simbólica con las musas y es en esa condición de totalidad que se volvió el ideal helénico, la expresión de la verdad y de la belleza Él es el dios del discernimiento y de la moderación, lo que es expresado por su máxima: “ghôti s.autón,medèn ágan”- conócete a ti mismo, más no en demasía. De esta forma enseña al hombre el valor de la reflexión y de la abstracción y su trayectoria demuestra también una armonización de los deseos que se procesan a través del desarrollo de la conciencia y se convierte el institutor de un patriarcado adecuado y simbólicamente un estructurante de la conciencia.
Su hijo Esculapio es el mayor médico mitico de todos los tiempos y en Epidauro realizaba una medicina avanzada para la época, en la que el individuo era tratado bio-psíquicamente, a través de la metanóia. Los sueños poseían gran valor terapéutico y eran interpretados usando un método denominado enkoímesis.. En este centro médico, el tratamiento se daba también a través de la contemplación de las obras de arte, la literatura, la poesía y la música , además de los deportes. Apolo es el único de los dioses griego asimilado integralmente por la cultura de Roma.
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Apolo es inicialmente representado como un dios agrario protector de las semillas, un dios ratón consultado en el templo de la diosa, bajo el epíteto deSminthéus y entra al panteón griego como hijo de Zeus y Leto, diosa pre-helénica, que configura una expresión de la Gran Madre, que simboliza la noche y está asociada a la datilera o tamareira y al olivo. Este hijo de Zeus, el brillante Apolo, recibió más de doscientos apodos o motes, de acuerdo con sus hechos y a la región de los mismos.
En los primeros cantos de la Ilíada, Apolo es representado como un dios violento y vengativo de flechas mortíferas y un orgullo desvariado. Sus rituales eran caracterizados por el éxtasis y se asemejaba así a Pan y Dionisio. Al mismo tiempo era representado como el dios del arco de plata, nieto de Febe. Era entonces cuando recibía el epíteto del “puro Apolo”.
En su trayectoria, Apolo pasa por diversos combates, numerosos fracasos amorosos y tres grandes pruebas iniciáticas. Las transformaciones de la “personalidad“de Apolo se van orientando rumbo a una espiritualización cada vez mayor y lo constatamos en los diversos mitologemas, que son expresiones pautadas en los principios de una dinámica post-patriarcal.
Escogemos tres mitologemas, en los cuales, se pueden confirmar las afirmaciones antes descritas, los cuales son: 1. Las Pruebas Catárticas, 2. El juicio de Orestes y 3. El Coniunctio de Apolo.
Apolo es el Dios del Sol, y como tal es el portador de la luz. Sabemos que ser la luz es un símbolo comúnmente utilizado para representar la conciencia y es conocido bajo el epíteto de “aurigládio”, la espada de oro, y bajo ese apodo Apolo representa simbólicamente la discriminación que se da a la conciencia. La espada es un símbolo que puede expresar la separación de un todo en sus partes. Citando a Medina, él dijo: “Apolo es aquel que hace que una puerta sea puerta y una casa sea una casa” (H. H. Apolo, Cabral).
La representación más conocida de Apolo es como arquero, aquel que acierta de lejos, esto es, actúa a distancia, así como el sol ilumina de lejos. Simbólicamente expresa la noción de que la distancia propicia la objetividad, lo que es un atributo necesario para que el dios pudiera manifestarse, como representante del conocimiento racional. Así, Apolo es la mayor expresión del conocimiento, iluminando y transformando la conciencia. También es el dios que mantiene la ciencia divina y la profecía. A partir de él, se instituyó la mântica, por inspiración, y es él, el primer dios que ejerce la profecía, una prerrogativa hasta entonces de las diosas. La primera diosa en recibir el don de la profecía fue Temis, que la habría pasado a Febe, abuela de Apolo, y Febe la habría dado al nieto, como regalo de nacimiento.
Pruebas Catárticas.
1. Zeus envía a su hijo Apolo al país de los Hiperbóreos, para expiar su culpa por la muerte de Pitón, una serpiente dragón, que era guardiana del templo de la diosa. Pitón persiguió a Leto y a a los Gemelos, cuando estos se encontraban camino a Delfos. Aún en los brazos de la madre, Apolo lanza sus flechas mortíferas sobre el dragón y mientras éste se convulsionaba por los dolores terribles, el joven divino exclama: “aquí te pudres, nutridor de varones”.
Al matar a Pitón, el dios flechero estaría matando psicológicamente a la madre devoradora, expresión de las fuerzas ctónicas y aprisionadoras de lo inconsciente. Simbólicamente es una referencia a la mente racional, que prevalece dentro de la psique. Zeus, en su sapiencia, además de enviar al hijo al país de los Hiperbóreos, le ordena que instituya los juegos píticos, como una manera de homenajear al dragón muerto. También es una referencia al hecho de que la dominante regencia patriarcal, reverencie las fuerzas de la dinámica matriarcal.
Apolo permaneció en el país de los Hiperbóreos un año mítico, o sea, nueve años, los cuales fueron denominados enneaetéris. El país de los Hiperbóreos es de una localización incierta, dudosa, probablemente se situaba en la Grecia septentrional y era una especie de Atlántida, para los griegos. En ella se vivía bajo un cielo eternamente azul, en un clima de paz y serenidad, propicio para un tiempo de reflexión o aún de iniciación. Los juegos píticos se transformaron en grandes festivales de música y poesía. Apolo regresó a Delfos rápidamente para ejercer su función, la de intérprete del padre, el gran señor del Olimpo.
2. La segunda prueba catártica imputada por el padre a Apolo, fue cuando Zeus fulminó a a Esculapio, su hijo más querido e ilustre. Hades habría ido a reclamar a Zeus que su reino se vaciaba como consecuencia de los trabajos de Esculapio, que impedía la muerte de los enfermos, curándolos y trayendo de vuelta a la vida a los que ya habían muerto. Zeus refiriéndose a que la orden de la naturaleza no podía ser subvertida, mató a Esculapio con sus rayos y Apolo, para vengarse, mata a los Cíclopes con sus flechas y por este hecho el dios es enviado al país de Tesalia, para estar al servicio del rey Admeto, denominándose esta etapa el el tiempo de Apolo Pastor.
Apolo cumple su prueba con gran dignidad y realiza muchos servicios al rey, como la ayuda para conquistar el amor de Alceste como esposa y salva a Admeto de la muerte, embriagando a las Moiras.
3. Troya fue la tercera y última prueba catártica por la cual Apolo tuvo que pasar. Los dioses se sublevan contra el señor del Olimpo, pero sólo Apolo y Poseidón, fueron denunciados por Tetis a Zeus, quien ordenó a las divinidades que prestaran servicios al rey Laomedonte, rey de Troya. Apolo debería apacentar el rebaño real. Terminado el tiempo de servir, el rey se negó a pagar, pues descubrió que estaban allí obligados a prestarle servicios. Los amenazó con cortarles las orejas, marcándolos de esta forma con la condición de esclavos. Apolo envió sobre la ciudad una peste terrible, la cual él mismo curó posteriormente. La diosa Tetis al denunciar a Apolo con padre, lo reorientó a su legítima función, la cual era la de ser el intérprete del padre y no el regente. Simbólicamente es un llamado a la madurez y psicológicamente expresa una deflación en la “personalidad” de Apolo.
¿Por qué Zeus imputaría tales pruebas a ese hijo, su único y legítimo intérprete?
En las tres pruebas Apolo es destituido de sus poderes y atributos, y de esa forma, pasa de una esplendorosa soberanía a ser un siervo o pastor del rey. La condición de pastor de los rebaños es inicialmente ejercida por Apolo, impuesta por Zeus y posteriormente ejercida por Apolo, por voluntad propia, y es una tarea que carga muchos simbolismos, dentro de los cuales, es un tiempo de aislamiento y reflexión, lo cual puede posibilitar un movimiento de “centroversión”.Entre los criadores nómadas, el pastor es el conductor espiritual del pueblo, con competencia para dirigirse al arquipastor , o sea, al pastor superior -el Dios Mayor-, pero, jamás podrá ser el regente. El pastor es nómada y representa el alma en el mundo, la cual, está siempre de paso, no permaneciendo eternamente en él .En constante vigilancia, todo lo ve y por eso es comparado con el Sol.
Apolo es el dios del Sol, protege y une sus ovejas, a los hombres, y también en constante vigilancia, camina de un polo a otro de la tierra, para que se cumpla la ley del padre, que es el regente.
Comprendemos esas pruebas iniciáticas de Apolo como movimientos propicios de los procesos enantiodrómicos. En los primeros cantos de la Ilíada, como ya se dijo anteriormente, Homero, nos presenta un Apolo violento y vengativo, que sin embargo se va orientando en el intento de alcanzar el más alto grado de espiritualización, a través del desarrollo de la conciencia. Zeus, al imputar la ley paterna a Apolo, simbólicamente estaría propiciando esa enantiodromia, una vez que el dios es obligado a controlar su ímpetu, arrogancia y violencia, a través del desarrollo de la conciencia.
Acabadas las tres pruebas iniciáticas, Apolo se convierte en un maestro eficaz de las “expiaciones“. La purificación pasa a ser una prerrogativa de sus rituales y se liberaba al cuerpo y al alma de sus pecados.
Apolo es muchas veces representado como el pacificador y armonizador, un enemigo de cualquier tipo de barbarie. Él enseña al hombre el valor de la reflexión y la abstracción, demostrado por su máxima:
“Ghôti sauton meden agan”.
Una referencia a la necesidad del autconocimiento en la jornada de la vida y el cuidado que se debe tener para que no cometamos la harmatía, o sea, igualamos a los dioses. Psicológicamente sería el ego actuando como si fuera el Self.
El juicio de Orestes.
Apolo es el mayor representante del patriarcado, participa del primer juicio mítico, por un crimen y ordena a Orestes, que vengue la muerte del padre, Agamnenón; por tanto, debería matar a la madre, Clitemnestra. El héroe obedece a los dioses y es perseguido por las Eríneas, que son vengadoras de la sangre parental. Orestes regresa y busca a Apolo y el dios realiza los ritos de la purificación, mata una cerda y derrama su sangre sobre la tierra. Después pide a Orestes que busque a la diosa Atenea en su ciudad, en donde deberá ser juzgado por un cuerpo de jurados, los cuales serán escogidos por la diosa entre los ciudadanos de la ciudad. En el juicio, Apolo comparece como el defensor de Orestes, en un intento de hacer valer la ley del padre, y las Eríneas, la ley de la madre. La defensa de Apolo se basaba en el hecho de que un comandante en jefe, un héroe, al regresar a casa, es victima de un ardid y es muerto por la mujer y su amante, pero no de forma honrosa en la batalla ni por el arco de las bravas amazonas, pero sí de forma insidiosa.
El mitema arriba descrito traduce los principios que el dios de la justicia defiende, los cuales son: la dignidad, la muerte honrosa en batalla y la supremacía de lo masculino. Las Erineas, a su vez, defienden el vientre materno como algo sagrado y el matricidio es considerado un crimen, sin perdón.
La réplica de Apolo está basada en el hecho de que un niño podría prescindir del vientre materno. En ese momento, pomposamente, apunta hacia la diosa Atenea y afirma con la vehemencia que le era característica “que la diosa sería capaz de generar en sí misma tal criatura”. Se sabe que Atenea nació de la cabeza de Zeus. Ante de este argumento, los jurados deciden a favor de Orestes que es declarado inocente. Atenea, diosa de la sabiduría, da a las Erineas un altar en el que podrían ser reverenciadas, mientras ese altar se localizara fuera de la ciudad. Esto es, que las Erineas serían adoradas, pero mantenidas lejos de la civilización.
Simbólicamente, aquí se puede hablar de la reverencia a las fuerzas ctónicas del inconsciente, representadas por las Erineas, en un culto, pero sabiamente mantenidas distantes de la civilización, o sea, del Self cultural.
Otra lectura simbólica posible para ese mitema es el hecho de traducir la dinámica matriarcal y patriarcal en forma polarizada. Apolo y Atenea son denominados dioses nuevos, son hijos de la dinámica emergente, de la dinámica patriarcal y el nuevo tiempo. Mientras las Eríneas son representantes de la vieja religión de la diosa, en la dinámica matriarcal.
El juicio de Orestes expresa aún elementos constituyentes de una dinámica post-patriarcal, sea cual sea el diálogo. Además de las pruebas en las que se basan diferentes hechos, la subjetividad comienza a ser expresada, la dialéctica se instala y los individuos se tornan responsables por los propios actos, con derecho a la defensa.
Las pruebas iniciáticas por las cuales Apolo pasa, expresan las transformaciones en su personalidad, que se orienta hacia un grado cada vez más elevado de espiritualización. Apolo armoniza las pulsaciones humanas, no para suprimirlas pero sí para orientarlas en la dirección de un más elevado nivel de espiritualización.
Coniunctio de Apolo.
Las musas nunca abandonaron a Apolo. Generan con el dios, los hijos músicos Lino y Orfeo. El segundo encantaba a todos con su música, así como al padre. Podemos citar como ejemplo de la cualidad especial de esa música, el hecho de que cuando Apolo se presentaba en el Olimpo, la ansiedad por la música se apoderaba de todos. Dicen que las musas y Apolo habían enseñado el canto a los hombres.
El hermano menor de Apolo, Hermes, es quien despierta al dios la dote musical, con lo que la inspiración musical resultante de las musas, pasa a configurar simbólicamente el anima, que acompañará al dios del tiempo nuevo, en todo su trayecto. Simbólicamente, entendemos que Hermes, como psicopompo, posibilita la coniunctio de Apolo con las musas.
La afirmación antes mencionada es justificada por el siguiente relato: Hermes roba el ganado de Apolo, pues tenía mucha hambre y Apolo va detrás del hermano investido de su autoridad inflexible, queriendo hacer valer la ley. Y Hermes a su vez investido de su movimiento natural, distrae la atención del hermano con sus diversas artimañas. Primero toca la lira, por él inventada y canta las cualidades de Apolo, acto que agradaría a cualquier dios. Enseguida estornuda en los brazos del hermano y los dos caen sentados en el suelo, factor imprescindible para la realización de cambios. El luminoso Apolo ríe, delante de tanta astucia. Ahora, desprovisto de su soberbia, cambia el ganado por la lira en un clima de desconcentración, y el caduceo por la flauta. Es así como Hermes mueve el corazón de Apolo, a través de la sensación, y sus sentimientos son despertados por el sonido de la música. De esa forma, la inspiración musical consecuente de las musas “pulverizan en el alma” el espíritu hasta entonces unilateralmente lógico del dios. Apolo se vuelve el tutor de las Artes, principalmente de la música. Los poetas y contadores de historia describen la música de Apolo de la siguiente manera:
“La música de Apolo era como si la luz del sol se hubiese transformado en música, poniendo orden en toda la naturaleza y el plectro de su lira era el rayo de sol. Esa descripción parece reafirmar que las musas son el anima de Apolo pues sólo una condición de totalidad podría hacer a Apolo expresarse musicalmente de esa manera”.
Platón en su República, recomienda a todos los legisladores que pidan orientación a Apolo para hacer sus leyes. Una vez que el dios sabe cuales serán las leyes fundamentales y las más bellas a seguir, afirma que el luminoso Apolo se ubicó en el centro del mundo para guiar al género humano. El dios de la razón y del conocimiento racional había encontrado en las musas una manera de realizar su coniunctio y adquiere la competencia para implantar un patriarcado creativo y no tiránico, pudiendo ejercer el arte de ser justo. Justificamos así también, cómo Apolo puede ser el tutor de la Medicina, él era laudado como el médico de los dioses.
Esculapio, hijo de Apolo, es una de las posibles actualizaciones del dios y el mayor médico mítico de todos los tiempos. Él fue “forjado” por Apolo, Quirón y las Musas. Apolo, su padre, representa el conocimiento racional, la discriminación y el raciocinio lógico, que es imprescindible para la formulación de un diagnóstico. Quirón, representa aquel que hace con las manos y la instintividad, atributo que se hace necesario en el examen médico. Las Musas, que representan la inspiración son las que combinan esos elementos para traer la cura, y nos hacen comprender la medicina como el “arte médico”. Justificamos así el hecho de que el dios de las Artes es también el dios de la Medicina.
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