El colibrí y las mariposas amarillas – Luis Fernando Ospina C.

«EL COLIBRÍ Y LAS MARIPOSAS AMARILLAS
Juegos literarios y talleres de Arte
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Luis Fernando Ospina Correa

Luis Fernando Ospina es psicólogo egresado de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. En este artículo se juntan una versión revisada del trabajo “Juegos Literarios”, presentado en el Primer Congreso Internacional de Creatividad, evento organizado por la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá, en mayo de 1991, y una conferencia presentada en el Congreso Mundial «Creatividad 93», Madrid, septiembre de 1993.

In memoria C. G. Jung (1875- 1961)

“El fondo del alma es naturaleza, y naturaleza es vida creadora” (1)

INTRODUCCIÓN: LA CREACIÓN LITERARIA

El bufón irrumpe, algo retrasado al salón. Saluda alegre a los participantes del taller. Sobre el suelo dispone en círculo doce hojas de papel que contienen los Divertimentos y sus dos poemas preferidos. Todo es símbolo. Las doce chozas de paja de la antigua fundación de Santa Fe de Bogotá. Los participantes son como las chozas chibchas y con la magia del círculo se inicia este nuevo espacio de la creación. Los doce signos del Zodíaco lo llaman. Todas las influencias cósmicas serán evocadas. La creación reclama la totalidad. El bufón, con ademán misterioso, guarda debajo del mantel de la mesa ritual una de las láminas que tiene en su mano. Luego pregunta a cada uno de los presentes su signo zodiacal, le entrega la lámina simbólica respectiva y arrobado por el poder de las imágenes va relatando impulsivamente sus significados.

El Loquillo irrefrenable juega, da volteretas desconcierta. El azar que también juega con él le reserva una lámina sorpresa. Todas las fuerzas planetarias han sido conjuradas. El salón se pone a oscuras, se encienden ocho cirios rojos: el caos y la luz. Cual saltimbanqui el Loco se retira para, ahora si, dar comienzo -conmovidas las consciencias- al Ritual del Mandala. El Misterio del despertar, del morir y del renacer será oficiado…

Cuando se interrumpe la música ceremonial, entra el Sacerdote con paso solemne, gesto hierático, una vela-Mandala en una mano y en la otra un quinqué encendido. Él es el portador de la Luz de la Consciencia . Hace una circunvolución alrededor de la mesa ritual y situándose al frente hace una sacra invocación al Spiritus Creatur, al Gran Jugador. Así mismo, invoca a los cuatro elementos y desata los hilos de la gran trama del Lilath… El Sacerdote guarda silencio. A continuación, la Sacerdotisa con paso de cordel y batiendo sus alas de alígero Pegaso hace una circumbalatio ritual. Ella porta el Cántaro de Acuarios, símbolo del Eterno Femenino, de la Gran Madre, del Agua que revivificará al pez que amenaza morir por nuestra demencial época… La sacerdotisa guarda silencio. Luego, la Doncella con paso de cervatillo hace el círculo sagrado alrededor de la mesa ritual. En sus manos ofrece la Vasija de los Dioses (un plato ritual para el culto del yajé de los últimos indígenas cebollas del Putumayo). Ella invita a los participantes a purificar su vasija. Símbolo del vacío fértil, de la receptividad fecundadora, de la apertura a la experiencia, del Eros… la Doncella guarda silencio. Por último, el Bufón vive su drama más íntimo sumergido en sus sueños y en sus visiones.

El que ya está poseso -y no lo sabe- invoca a los Espíritus lúdicos. Con su armónica interpreta melodías que los dioses le brindan. En sus desvaríos cree ser el Señor Krishna tocando su flauta inmortal y cree ser el Señor Shiva danzando el Anandatandava. El Bufón se divierte con su varita mágica, símbolo de lo proteico de la creación. Es la varita del encuentro con el Hada Madrina, alma de este inusitado evento. Ella con su bonete-Mandala sonríe espléndida, algo asustadilla, entre los niños grandes. El Bufón realiza su juego metafísico en el gran teatro del mundo. Él es un tonto: lo mundano carece de valor para él y en su peregrinar sólo busca quedar con lo esencial de su naturaleza humana. Nada externo le atrae y todo en él es sublime desapego. Ha roto las cadenas ilusorias de los papeles sociales, de las alienables rutinas, de los invisibles conformismos, de los diferentes pulpos que asfixian su rebelde espíritu. En él anida el Niño Eterno. En él habita un temible Pirata que navega en la mar de libertad incondicional de su ser. Él es el gran transgresor. Él es el gran irreverente. Bien sabe que los Espíritus Lúdicos tejen y destejen la inextricable y férrea red celestial de los destinos humanos. Todo ocurre como tiene que ocurrir. Estos espíritus juguetones comienzan a hacer de las suyas: desprograman lo programado, ponen zancadillas a la pretenciosa razón, vapulean al espíritu de la pesadez, abren las esclusas del olvido. En fin, contribuyen a desprenderse del Yo que se cree amo y señor de la casa de cada uno. El Bufón poseído, frenético e irracional con la ayuda de estos espíritus traviesos ha creado condiciones para un descenso de los controles de la mente de los participantes. De esta manera, la vasija algo vacía permite que penetre el agua del fecundador inconsciente. El ritual ha terminado. Empiezan los Divertimentos.

* * *

El Bufón comienza a sacar de su gran bolsa regalos de los dioses que distribuye entre los presentes. Son objetos de poder: Un maravilloso capullo, una amonita fósil, un hermoso nido, unas doradas monedas chinas, una estatuilla de un Buda, una talla de madera de un guerrero indígena, una brujita, unos gnomos, un papagayo, etc. Él invita al asombro de las cosas de la creación… Entonces, el Sacerdote y la Sacerdotisa ponen a su disposición papel y lápiz que han sido purificados en el ritual. Cada cual se acomoda donde mejor se sienta para escribir. El tiempo no cuenta. El Bufón los contempla absortos en el juego. Espontáneamente los niños grandes comienzan a compartir sus escritos y todos expresan alegría y regocijo de sus creaciones. En verdad, los dioses han sido generosamente pródigos. El genius interno ha respondido al llamado…

El bufón con su agitación y batahola acostumbradas golpea con su varita mágica un sobre que tiene en sus manos. Da inicio así al Divertimento “Imagos”. Cada uno saca del sobre una selecta fotografía. Todos con sus diafragmas muy abiertos la miran por un buen rato. Después en el papel exorcizan la imaginación desatada. Es bello verlos cómo gozan de estos nuevos recién nacidos relatos…

Ahora los otros oficiantes traen sus juegos. El sacerdote rodeado de sonidos de la naturaleza y una atmósfera serena empieza el Divertimento “sonidos de la Evocación”. Se escuchan diferentes fragmentos sonoros que incitan a múltiples asociaciones del recuerdo y que urden historias insospechadas… Estas son atrapadas en el papel. Y de nuevo, las narraciones son todo un goce general.

La Sacerdotisa ofrece el Divertimento “Onironautas”: Del laberinto de los viajes oníricos un sueño se revela en forma literaria. De pronto, una fuerza extraña empuja por retornar a los asistentes a la superficie de la consciencia ordinaria. El Bufón se bate con ella y logra desterrarla. Luego, se disfruta de las narraciones así producidas.

Para el Divertimento “Invenciones” la Doncella ha preparado los “juegos de la Infancia”. El salón se transforma como alguien lo llamó certeramente en un verdadero Kindergarden de adultos. Los Espíritus Lúdicos han poseído a todos los presentes. Todo el Salón es un desorden, se revuelcan las sillas, se juega con todo, con las sábanas, con los platicos y las vajillas a la comitiva, se juega a la casita, al escondite, a los títeres, a las muñecas, etc. etc. Se ingenia una y mil travesuras y picardías. En resumen, la locura es general. Luego, los niños plasman en las hojas las inspiraciones del momento y entusiastas comparten su último juego literario del día.

* * *

El bufón frenético danza y toca su armónica perdidamente por todos los dones y prodigios recibidos. Es la alegría de vivir. Los meseros, cómplices de esta pura libertad del acto creativo, participan en la rochela final. El descontrolado Bufón sale, de súbito, corriendo por los pasillos y se entromete en los otros Talleres llamando al alborozo general. Alguna voz irritada y prohibitiva contiene su irreflexivo entusiasmo. Él sale como niño regañado pero tiene la fortuna de encontrar en su huída a una adorable Muñeca viviente, él la “secuestra” y ella se une momentáneamente al desatinado festejo del Bufón.

Reclamando la atención de los presentes, el Bufón descubre la misteriosa lámina que ha ocultado al principio del Taller. Es una imagen simbólica de Acuarius, el símbolo de la Nueva Era. Él siente que este inusitado evento es un signo esperanzador de los Nuevos Tiempos. El Bufón llora contenidamente al recordar su sentido poema:

Ser el agua.
Ser el agua de la nueva Era de Acuarius.
Ser el agua del cántaro del Acuador.
Ser el cántaro.
Ser el acuador.
Para que no muera el Pez.
Para que invicto retorne
a la mar primordial!

He aquí, el desafío de la Psicología de la Creatividad para el próximo milenio. El Bufón se despide de los espléndidos jugadores que hicieron inolvidable este día en el corazón de todos los presentes. Él realiza para cada uno su rasa, su danza final. Su cabeza está coronada con un Mandala-bonete, en su mano lleva al Mándala de la Luz en las Tinieblas y con su armónica entona acordes patéticos. Con paso lento, en éxtasis divino, visionario abandona el Salón. Va en pos de su inexorable destino. Su partida es su herencia a los presentes: El camino de la Individuación. Seguir el camino propio. No modelos, no escuelas, no maestros, no buenas intenciones, no redentorismos, no hechizos psicoterapéuticos, no hipnosis ni seducciones colectivos, no ningún ilusionismo psicológico, no ninguna trampa por sutil que sea para apresar el Espíritu. Sólo el llamado de la voz interior. Sólo el ser fiel a su ley íntima. El Camino del Sí-Mismo. La Soledad del creador.

La campana que agitadamente ha oscilado de un lado para otro comienza a aquietarse. El bufón se retira del escenario del mundo. La serpiente se ha tragado la cola: el Ouroboros. El Mago recupera la Voz del Silencio.

RESUMEN

El presente trabajo es una síntesis sobre el problema del Desarrollo de la Creatividad Artística desde la perspectiva de la Psicología de Carl G. Jung y de la Psicología de la Creatividad. También constituye una orientación general sobre las actitudes y aptitudes a generar en el trabajo de Creación Artística. Dicha orientación consta de once principios conductores para la realización de las diferentes experiencias artísticas y Talleres de Arte. Estos son:

1- Spiritus Creator: En cada uno habita un genio creador al cual es posible convocar. 2- Pan del Espíritu: El quehacer creativo requiere de disciplina y preparación. 3- Espíritus Lúdicos: Una clave esencial en el cultivo de la Creatividad es alimentar un ánimo lúdico y espontáneo. 4- Arco Iris y Descubrimientos: Otra clave es fomentar la capacidad de establecer múltiples puentes de relación entre cosas diferentes. Así, el acto creativo depara sorpresas que hay que saber develar y decantar. 5- El Tercer Ojo y el Cuádruple Sendero: El apoyarse en la experiencia interna es decisivo para generar creatividad. El proceso y/o producto creativo se puede abordar desde el pensamiento, el sentimiento, la percepción y la intuición. 6- EL Faro de la Divergencia: es básico poder enfocar intencionalmente el proceso y/o producto artístico bajo la óptica de las diversas aptitudes asociadas a la generación del llamado “pensamiento divergente”. 7- Los Tres Deseos: La producción artística brinda tres oportunidades: la expresiva (liberación de emociones), la creativa (apertura de las transformaciones), y la artística (asombro del hecho estético). 8- La Vasija de los Dioses: La receptividad es un requisito esencial para la evolución creadora. 9-Satoris: Así mismo, la sensibilidad. 10- El Fuego Interior: También es indispensable la emotividad. Se distingue entre el problematismo del artista creativo y el de otros tipos neuróticos. Además, la influencia limitante del entorno contribuye al desajuste emocional de la personalidad creativa. La ciencia, la creatividad y el arte deben ser iluminados por la luz de la consciencia. 11- La Soledad del Creador: El principio rector de la creación artística es su profundo sentido espiritual. La evolución interna del hombre creador es inseparable del proceso de llegar al “Sí-Mismo”. El sentido del viaje interior del creador es llegar a la conciencia total. La soledad del artista creador es la soledad de una consciencia individuada y diferenciada.

El trabajo, se acompaña de 22 Divertimentos Literarios. Por último, cierra con el poema “Acuarius” de inspiración junguiana y que da respuesta a ésta pregunta: “Cuál es el desafío de la Creatividad para el próximo milenio?”.


INTRODUCCIÓN

Buenas tardes, señoras y señores participantes todos en el Congreso Mundial “CreatIvidad 93”. Mi trabajo se titula: “El Colibrí y las Mariposas Amarillas”. Juegos Literarios y Talleres de Arte. Este se inscribe en el campo del Desarrollo de la Creatividad Artística. Consta de dos partes. La primera, son algunas reflexiones teóricas que inspiran la orientación de las diferentes experiencias artísticas propuestas. La segunda, son los divertimentos literarios.

REFLEXIONES

SPIRITUS CREATOR:

Tres consideraciones básicas de C. G. Jung acerca de la creatividad artísticas han de tenerse en cuenta para la comprensión y la aplicación de de los diferentes procedimientos propuestos en los Talleres de Arte.

La primera, es la inútil pretensión de una explicación racionalista del fenómeno de la creación artística: “Lo creativo irracional, que precisamente surge en el arte con claridad máxima entre todas, burlará, finalmente todos los esfuerzos racionalizantes. Todos los escapes psíquicos dentro de la conciencia pueden ser causalmente explicables, pero lo creativo, que se arraiga en la imprevisibilidad de los inconsciente, se cerrará eternamente al discernimiento humano” (3). “El secreto de lo creativo es, como el de la libertad de la voluntad, un problema trascendente que la psicología no puede contestar sino solamente describir. De igual manera es también el hombre creativo un enigma, cuya solución intentará uno por cierto de varias maneras, pero siempre en vano” (4). “Todo lo que la Psicología nos puede decir acerca del arte, se limitará al proceso psicológico de la actividad artística, y nunca podrá afectar a la esencia misma del arte” (5).

La segunda, es la condición fundamentalmente transpersonal de la creatividad artística: “Una psicología específicamente artística es asunto colectivo y no personal. Pues el arte le es innato, como una pulsión que lo capta y lo hace instrumento. Lo que en él quiere, en última instancia, no es él, el hombre personal, sino la obra de arte. Como persona puede tener caprichos, voliciones y objetivos propios: como artista, en cambio, es “hombre” en superior sentido, es hombre colectivo, un portador y conformador del alma inconscientemente activa de la humanidad”. “La esencia de la obra de arte no consiste en efecto en estar afectada por particularidades personales- cuanto más lo está tanto menos se trata de arte- sino en elevarse sobre lo personal, lejos del espíritu y del corazón personal, y hablar para el espíritu y el corazón de la humanidad. Lo personal es una limitación, en verdad hasta un vicio del arte. El “arte” que es solo o predominantemente personal merece ser tratado como neurosis” (6). “La casualidad personal tiene tanto y tan poco que ver con la obra de arte, como el suelo, con la planta que crece en él” (7). “La obra de arte auténtica se caracteriza, precisamente, porque logra liberarse de las angosturas y callejones sin salida de lo personal, dejando muy atrás todo lo fugaz y alicorto de lo meramente persona” (8). “Cada hombre creativo es una dualidad o una síntesis de cualidades paradojales. Por un lado es personal- humano; por otro, empero, proceso humano, impersonal. Como hombre puede ser sano o enfermo; su psicología personal puede y debe por lo tanto ser personalmente explicada. Como artista, en cambio, sólo ha de comprendérselo a partir de su hecho creativo” (9).

La tercera, es el hecho de que la personalidad creadora está poseída por un daimon o genius interno: “Tenemos razón al considerar el proceso formador de la creación artística como un ser vivo que se halla anidado en el alma del hombre” (10). “Pero como hombre creador, uno se entrega, y no es libre sino sujeto del daimon e impulsado por él” (11). Desde esta última perspectiva la personalidad creativa es un instrumento de fuerzas superiores que lo trascienden. Esto no quiere decir que la creatividad sea un don inaccesible al común de los mortales. Precisamente en base a este punto de vista es posible plantear el desarrollo de la creatividad como una posibilidad de “despertar” el Spiritus Creator, de invocar al propio Mago Interior. En otras palabras, creatividad es permitir que lo desconocido interior se exprese. La visión de un espíritu creador que habita en lo más íntimo del ser de cada cual es lo que justifica la pretensión de la psicología que enfoca la creatividad desde su desarrollo y su aplicación pedagógica.

El método de la imaginación activa, concebido por C. G. Jung, contribuye al logro de la conexión de la esfera consciente con la fuente creativa del inconsciente. Esta puede ser personificada imaginariamente. Un Gnomo juguetón puede aparecer. O la femme inspiratrice o escuchando a Ennoia, como lo propone Marie-Louise von Franz (12). Otra posibilidad es una invocación ritual a los dioses para que desde su morada, más allá del umbral prodiguen sus destellos de creación. Otra es pedir la gracia a las Musas de que nos concedan su inspiración como era costumbre en la antigüedad Greco-Romana. También, desde el mundo de los sueños y las visiones se nos puede deparar iluminaciones creativas. En fin, cada uno encuentra la manera adecuada de establecer una relación con su fuente creativa interior y dejarse guiar por ella.

Un método indirecto es el de Vladimir L. Raikov denominado “la reencarnación artificial”. Con una técnica similar a la de la hipnosis induce un trance en el cual la persona es poseída por el espíritu de algún talento artístico o científico y por este medio desarrolla facultades artísticas o científicas superiores (13).

En mi taller de Arte “Sea Usted Picasso” empleo un método basado en producir una intensa identificación y un estrecho contacto con la vida y la obra de este gran Maestro. Se trabaja una experiencia inicial con un Picasso “conocido” y luego una experiencia final con un Picasso “vivido”. Al comparar las dos producciones, los logros y avances en el resultado artístico son verdaderamente apreciables e impactantes. Esto con una sola experiencia. Naturalmente, un proceso continuo de experiencias produce mejores resultados. Algunos Juegos Literarios se basan en este mismo método adaptado a la modalidad de la creación literaria. Por ejemplo, se elije a algún autor y obra de su preferencia. La lectura de los textos se hace con una máxima concentración y capacidad de experienciarlos. Casi hasta llegar a producirse una especie de estado alucinatorio. Incluso puede ocurrir que se experimente, de una manera casi física, una voz emanando del texto. Después de esta intensa compenetración con la creación del autor, y si en el momento hay disposición, se puede intentar algún escrito. Otros recursos facilitadores son seguir profundizando la obra del autor, conocer estudios, ensayos, biografía semblanzas sobre él mismo. Todo ello con el fin de procurarse una verdadera relación empática con la obra del autor elegido. También, al estilo de Raikov, puede decirse mentalmente: “Soy tal autor. Pienso y siento como él. Miro desde su interior. Poseo sus habilidades artísticas. Tengo su talento creador. Escribo como él. Su espíritu creador escribe por mí.”

La idea central de estas experiencias es el propiciar una máxima permeabilidad, receptividad y sensibilización al autor y su creación literaria. Es una manera de aprender de los grandes maestros y permitirnos su valiosa influencia. En alguna ocasión, todos hemos experimentado la tremenda repercusión emocional que nos produce un libro, una página o un verso en particular. El método propuesto no difiere en el fondo de ésta vivencia espontánea. La diferencia radica en su énfasis.

PAN DEL ESPÍRITU:

El Spiritus Creator no habita en tierra estéril. La creatividad es producto de un esfuerzo y dedicación particular. J. P. Guilford considera: “Yo doy una gran importancia al conocimiento de los hechos; no existe individuo creativo que pueda prescindir de experiencias y de hechos; no se inventa en el vacío” (14). A su vez, H. A. Simon opina: “La creatividad no es gratuita, sin esfuerzo. Una razón por la cual muchas personas no son creadoras, o no lo son más, radica simplemente en que no están dispuestas a pagar el precio que ello exigiría” (15).

De acuerdo con lo expuesto antes, se sabe que los individuos que han manifestado unas dotes literarias superiores al promedio se han caracterizado por ser unos ávidos y precoces lectores. Además son una clase muy especial de lectores. La lectura para ellos constituye una verdadera pasión, una incurable manía, un auténtico arte. Son fascinados perdidamente por este mundo de las letras. Sucumben al hechizo del poder mágico de las palabras.

Lo anterior, puede dar cabida a una concepción intelectualista sobre el problema de la formación literaria y, en general, el de la formación artística. Si bien un inusual interés por la lectura es un comportamiento típico de los sujetos que se destacan por su talento literario, la mera lectura no basta para garantizarlo. Por otra parte, un proceso de lectura dirigido tan sólo a cultivar el intelecto conduce irreparablemente a un lamentable extravío del alma. C. G Jung lo advertía al decir: “En la actualidad el infierno se oculta tras la razón y el intelecto” (16). “El intelecto es una trampa cautivadora para el espíritu. La razón es el Logos que ahoga el Eros creativo». “El intelecto es la puta de la inteligencia” decía incisivo Pritz Perls (17). Y Carl R. Rogers considera que: “El hombre es más sabio que su intelecto”.

Otra característica observable en las auto-biografías o biografías de muchos escritores sobresalientes es la profunda huella que les han dejado los cuentos de hadas. La siguiente anotación de F. Schiller es muy ilustrativa al respecto: “El sentido más profundo reside en los cuentos de hadas que me contaron en mi infancia, más que en la realidad que la vida me ha enseñado” (18). Autores como Ch. Dichens, G. K. Chesterton, M. Proust, M. Eliade, J. L. Borges, entre otros, han dejado también evidencia de ello. Por tanto, considero que la mejor iniciación literaria para los niños es la simple narración de los cuentos de hadas. No sólo limitarse a que los lean o “inventen”. La obra de M. L. Von Franz sobre los cuentos de hadas es fundamental para la comprensión de su profunda influencia de ellos en el alma humana (19, 20, 21, 22, 23).

Por último, cabe agregar que la preparación y dedicación necesarias para la obtención de un logro creativo pertenecen al aspecto Yang del problema. Sobre él, Donald W. Mac Kinnon ha brindado una excelente orientación: “La disciplina y el control son necesarios. Hay que aprender a disciplinarse si verdaderamente se quiere ser creativo, pero es importante no concederle un lugar exagerado. Además hay que realizarlo a su debido tiempo y, después de haber inculcado disciplina y control hay que utilizarlos de manera flexible y no rígida y sistemática”.


ESPÍRITUS LÚDICOS:

“Sospecho que nuestro actual entusiasmo pedagógico y psicológico por el niño encubre un propósito desleal: se habla del niño, pero habría que aludir al niño que hay en el adulto. En efecto, en el adulto existe un niño, un niño eterno que sigue formándose, que nunca estará terminado y que necesita constante cuidado, atención y educación” (24) clarifica C. G. Jung. Creo que alimentar una actitud lúdica es vital para la eficaz protección de ese niño interior aludido por C. G Jung. ¿Pero, qué es lo lúdico? Obviamente no se trata de una actitud pueril. Podemos entender por lo lúdico una facilidad para desconectarse y reconectarse.

Una habilidad para la experimentación. Un picarle el aguijón de la curiosidad. Un aventurarse a explorar. Un captar las sincronicidades. Un dejarse guiar por el azar. Un permitir desconcentrarse. Un seguir la propia intuición. Un abandonar el “yo pienso que tú piensas”. Un ponerle zancadillas a la convencida razón. Un dar virajes. Un descreer de las certezas. Un espantar el espíritu de la pesadez. Un cambiar de cassette mental. Una incitación a practicar el arte del ocio. Un sintonizarse con los imprevistos. Un escapar de la prisión rutinaria. Un no programarse. Un fluir como el río. Un no tomarse demasiado en serio. Un disfrutar los cambios de última hora. Un aprovechar lo accidental un “purgarse” de su propia normalidad. Un dejarse desprogramar. Una habilidad de estar en los márgenes. Un asumir riesgos. Un despercudirse de la psico-rigidez. Un tomarlo con calma. Un dejar de atribuirse cosas. Un crear excedentes de realidad. Un escabullirse de los rodillos niveladores. Un tolerar imperfecciones. Un descubrir las riquezas de la incertidumbre. Un compartir las fechorías de duedecillos traviesos. Un continuo cambiar de piel. Un cultivar lo paradójico, un ayuno de negatividad. Un cambiar el color del cristal con que se miran las cosas. Un no darse importancia. Un prevenir la arterio-esclerosis psicológica. Un no dejarse programar. Un mermarle al asunto. Un escuchar las susurrantes vocecillas de los Gnomos. Un realizar hechos portadores de presencia. Un acontecer de la alegría de vivir. Un no poner condiciones. Un conectarse con la sabiduría de nuestro Bufón interior. Un evitar el contagio de la peste emocional. Un saber interrumpir a tiempo. Un no rehuir los disparates de nuestro Loco lúcido. Un no interferir en el curso natural de las cosas. Un detener el crítico interno. Una eliminación de toxinas psíquicas. Un soltar amarras. Un preservar la inocencia. Un tolerar el desorden. Un saber recibir las enseñanzas de las dificultades. Un descifrar el oculto mensaje de las equivocaciones. Un abandonar apoyos y seguridades. Una capacidad para la improvisación. Un ser espontáneo. Una capacidad para el extrañamiento. Un no acostumbrarse. Un celebrar la vida.

A propósito, J. L. Moreno concedió a la espontaneidad un papel protagónico en el desarrollo de la creatividad. Así comentó. “Siempre creí en el principio de la espontaneidad como el arma más poderosa del hombre creador” (25). “Es la espontaneidad lo que favorece la creación” (26). “La creatividad es una Bella Durmiente que para ser eficaz precisa un catalizador. El archicatalizador de la creatividad es la espontaneidad” (27). Y la definió así: “Espontaneidad (del latín sua sponte: desde dentro) es la respuesta adecuada a una nueva situación o la nueva repuesta a una situación antigua” (28). Por ello, las experiencias proporcionadas por los Talleres de Arte buscan crear condiciones óptimas para la emergencia del factor “e” como la denominaba J. L Moreno. De aquí que ellos presenten una estructura abierta, inacabada, siempre diferente. Estas experiencias pueden ser individuales o con grupos. Su realización grupal confirma la observación hecha por Didier Anzieu: “La espontaneidad se libera mejor en contacto con la espontaneidad de otros” (29). La propia lúdica grupal produce la emergencia de efectos inesperados de la experiencia. De este modo alguien puede cumplir el papel inspirador de la Musa o alguien sirve de “traductor” del inconsciente grupal, etc.

Para concluir, recordemos el máximo reconocimiento que hizo F. Schiller a la condición de homo ludens del ser humano: “Sólo juega el hombre cuando es hombre en todo el sentido de la palabra, y es plenamente hombre sólo cuando juega” (30).


ARCO IRIS Y DESCUBRIMIENTOS:

Según Ralph J. Hallman: “La esencia de la creatividad humana es relacional” (31). Por eso, apoyado en este criterio de conectividad el desenvolvimiento de los Juegos Literarios experimenta con diferentes técnicas que estimulan una actividad combinatoria con diversas relaciones asociativas. Es decir, los Juegos Literarios tienen como propósito convocar el encantamiento de las palabras. Para ello, se acude a estímulos sensoriales (visuales, acústicos, olfativos, táctiles y gustativos), propioceptivos (danzas), evocación de recuerdos, rituales, sueños, anécdotas, vida cotidiana, diarios, relatos, reescritura, ambientación teatral, contacto con la naturaleza.

Este proceso asociativo puede conducir a la emergencia de un complejo afectivo inconsciente similar a lo que ocurre en los Tests de Asociación de Palabras, lo cual tiene un obvio interés clínico pero es irrelevante desde la mira de la creación artística.

Un resultado posible del proceso continuado de los Juegos Literarios fuera de las sorpresas, descubrimientos y revelaciones es el vislumbrar la modalidad y el estilo literario que lo eligen y el presentir los temas o las ideas de las cuales se es tal solo su portador.

EL TERCER OJO Y EL CUADRUPLE SENDERO

El poder conectarse con su fuente interna es una característica esencial del espíritu artístico creador (32). Para C. G. Jung: “La introversión engendra el pensamiento creador”. Esta facultad de contactar sus fuerzas internas, de cultivar la mirada interior, de desarrollar, la “inteligencia intrapersonal”– como la llama Howard Gardner- es imprescindible para la propia cosmovisión del artista (33). C. G. Jung observó que “La peculiaridad de la intuición introvertida da lugar, cuando logra la primacía, a un tipo peculiar humano: el soñador y el vidente místico por una parte y por otra el fantaseador y el artista” . En particular, D. W. Mac Kinnon ha confirmado de manera investigativa el predominio del tipo psicológico introvertido en los escritores. También encontró en ellos una predominancia de las funciones psicológicas del sentimiento y la intuición (34).

Para terminar, la dirección de un trabajo artístico creativo puede y debe tener en cuenta las diferencias psicológicas individuales de sus participantes pues ellas inciden en todas las facetas de la experiencia: clima grupal, método y estilo del trabajo individual, conducción y preferencia artística. Por otra parte, es posible diseñar experiencias que permitan hacer un recorrido del proceso y/o el producto artístico por algunas o todas las funciones del consciente: el pensamiento, el sentimiento, la percepción y la intuición.


EL FARO DE LA DIVERGENCIA:

Los Talleres de Arte pueden dirigir su foco deliberadamente sobre cualquiera de las aptitudes o habilidades asociadas con la creatividad. De este modo, el proceso y/o el producto artístico es iluminado desde muchos ángulos. La intención de este procedimiento es avivar esa característica proteica del acto creativo, la divergencia.

El siguiente es un listado de las distintas direcciones que puede tomar el proceso del trabajo artístico y, en particular, los Juegos Literarios:

Fluidez (Cantidad de ideas que pueden producirse),
Flexibilidad: (Capacidad de pasar de un orden de ideas o categorías de otro)
Originalidad: (Producción de ideas inhabituales),
Curiosidad: (Hacer experimentaciones),
Síntesis: (Organizar las ideas según esquemas más amplios o tener “visión panorámica”),
Análisis: (Entrar en el detalle),
Elaboración: (Procesar, refinar y dar acabado a la idea o producto creativo),
Imaginación: (Producir imágenes),
Fantasía: (Ficcionar o liberarse de la practicidad y de lo lógico),
Ensoñasión: (Soñar despierto),
Analogía: (Establecer relaciones de semejanza entre cosas diferentes),
Metáforas: (A un sentido conocido darle un giro a un sentido figurado),
Visualización: (Creación de imágenes mentales),
Simbolización: (Facultad de intuir lo simbólico).


LOS TRES DESEOS:

El Hada Madrina de los Juegos Literarios y los Talleres de Arte puede conceder los tres siguientes deseos a sus participantes:

Primer Deseo: Lo Expresivo: La facultad de poder exteriorizar lo que es el propio acontecer vital. La manifestación de lo auto-biográfico, de lo íntimo, de lo cotidiano, de lo testimonial, de lo vivido. El servir de catarsis al conjurar algún demonio atormentador o desahogar algún drama. El establecer otra manera de contacto con sus sentimientos y su propia sensibilidad.

Segundo Deseo, Lo Creativo: El convivir con los espíritus lúdicos. El adentrarse en el reino de las metamorfosis. El explorar los mil y un caminos posibles del mundo de las letras. El abrir las infinitas puertas de lo imaginario y de la fantasía.

Tercer Deseo, Lo Artístico: El descubrir el sentido inefable de la Belleza. El suscitar esa emoción indescifrable del hecho estético. El suceso del arte.


LA VASIJA DE LOS DIOSES:

C. G. Jung afirmó: “La psicología de lo creativo es realmente psicología femenina, pues la obra creativa crece hacia arriba desde las profundidades del inconsciente, muy en realidad desde el reino de las madres” (35). De aquí, se puede deducir que siendo una característica connatural del ser femenino su capacidad de recibir, sea una condición sine quanon de la creatividad la receptividad. Sin esta no puede existir el desarrollo creador.

¿Qué se entiende por receptividad? La metáfora del cuenco vacío. El seguir este sabio consejo de la liturgia Mitra: “Despréndete de lo que tienes, entonces recibirás” (36). Una disposición para el desprendimiento. El sacrificio de algo considerado de valor. El practicar el silencio interior. La facilidad de desaprender. Una apretura a la experiencia. Sin embargo, es necesario señalar que lo típico de la vasija no es tan sólo su condición de estar vacía sino también, y ante todo, su función para la cual fue prevista, el poder contener. Por supuesto, una vasija agujereada difícilmente puede retener el elíxir fecundativo creador. Por eso, se hace necesaria la metáfora del Recipiente Hermético. Este se ha de cerrar muy bien para que lo verdaderamente valioso no escape de su interior. La receptividad es una propiedad especial de acogimiento. Una capacidad particular de apropiación. Un poder conservar los gérmenes fecundadores. En resumen, la receptividad creativa es la singular facultad de retener lo que vale la pena de ser retenido y de soltarse de lo que no.


SATORIS:

La disposición receptiva de una persona refleja su ser sensible. La dimensión de la sensibilidad es inseparable del artista creador. Se puede entender por sensibilidad una facultad inusual para el asombro. Una capacidad genuina para detenerse en la experienciación de las cosas. Un don para la exaltación. Un fino sentido de discriminación, de diferenciación, de matización. Un poder privilegiado de absorción. Una excelente capacidad de reacción psíquica sismográfica. Una afortunada gracia de percibir lo inusual, lo sutil, lo inadvertido. Un despertarse a la revelación de las cosas. Una ampliación del darse cuenta. Un abrir las puertas de la perceptibilidad. Una desmesurada agudeza de observación. El establecimiento de un estrecho vínculo. Una perfecta concentración sensorial. Una plenitud de contacto. Una posibilidad de ser conmovido. Un percatarse de múltiples variaciones. Un poder especial de vibración. Una capacidad para la sorpresa. Un no ser indolente.

Por supuesto, Los Juegos Literarios y Talleres de Arte se desarrollan en una atmósfera cálida, receptiva y sensible y así facilitar el acto creativo. En particular, algunas experiencias literarias son dirigidas a producir una sensibilización auditiva a la vida rítmica “musical” de la palabra hablada o escrita. Los Juegos Literarios posibilitan pues la ocurrencia de vívidos “Satoris” de los relatos y escritos, tanto a nivel de creación individual, grupal o colectiva.


EL FUEGO INTERIOR:

“No existe creatividad sin emoción” ha indicado M. L von Franz (37). En realidad, la emoción es el ígneo corazón del Eros creador. Es la chispa inspiradora de Hephestos. Es Agni, el radiante loto de Brama. Es Huehueteoh, Señor Azteca del Fuego, cubriéndose con su plumaje azul. Es Vesta, prodigándonos la llama viviente de la pasión de crear. Por lo tanto, el sentido de los Talleres de Arte es encender, reavivar y conservar el perenne fuego de la creación. Sin sentimiento no existe creatividad artística. Pues, sólo el sentimiento puede refrescar la tierra ya reseca. Como dice M. L. von Franz: “Quien no puede conectarse con sus emociones se siente, y está, estéril” (38)Y Benjamin Franklin: “Cuando un hombre deja de ser creador, ha dejado en realidad de vivir” (39).

M. L. von Franz ha hecho aportes singularmente valiosos al problema de los estados anímicos precedentes al acto creativo. Ella los ha denominado la afflictio animae. Son estados que se caracterizan por la presencia de sentimientos de soledad, miedo, depresión, tristeza, frustración, aburrimiento, inactividad apática, accesos de llanto, trastornos del sueño e incluso la presencia de enfermedades físicas (40). Ella considera que: “La personalidad creativa, cuando se encuentra aplastada y deprimida por un desafío creador, se comporta muy a menudo como un complejo neurótico, en una forma imposible y desajustada” (41). Por una parte, ello es debido a como señala Jolande Jacobi: “Las personalidades creadoras y los artistas poseen una relación estructural extraordinariamente intensa con el inconsciente, lo que podríamos llamar un “trato directo” (42). Y por la otra, la afflictio animae ocurre cuando el funcionamiento del consciente está bastante consolidado requiriéndose una arremetida demoledora del inconsciente para posibilitar la acogida del impulso creador. Esta desestabilización anímica constituye un fenómeno energético de la psique.

También, ella ha observado dos tipos de creador: uno, frecuente entre los artistas, bastante bohemio e inconforme con las convenciones sociales en un constante abaissement du niveau mental lo cual le permite abrirse a nuevas inspiraciones; y otro, con éxito, una buena inteligencia para lo social y en una aparente conformidad colectiva que necesita de vez en cuando estos derrumbes anímicos (43). Ella comenta con gracia que esta “perforación” del ánima es uno de los trucos preferidos del inconsciente de un creativo con una conciencia demasiado solidificada (44). Otro tipo mencionado es aquel que se estanca en la inflación de la fase pre-creativa, el conocido “genio o artista potencial”, un “eterno adolescente” que toda su vida se la pasa sin poder darnos la sorpresa y evidencias de su talento, a lo más algunas esporádicas migajas. M. L. von Franz relata con humor: “De tales personas dicen los biógrafos: hasta que llegó a los cuarenta no manifestó ningún síntoma de su genio… ni después tampoco”(45).

Un problema esencial señalado por M.L. von Franz es el de la necesidad de la destrucción de un equilibrio existencial previo como paso obligado para el avance de la consciencia y así llegar a la realización completa de la meta de una verdadera evolución creadora (46). Además, ella ha insistido en el hecho de que el desarrollo de la personalidad creadora no se puede concebir al margen del proceso de individuación. Así lo expresa: “El espíritu creador parece estar así imprescindiblemente unido al principio de individuación”.

C.G. Jung reiteradamente ha llamado la atención sobre el precio que tiene que pagar una existencia artística creadora. “¡Cuantas biografías de grandes artistas nos tienen ya demostrado que el ímpetu creador es tan poderoso que arrebata para sí todo lo humano y lo pone al servicio de la obra, aún a costa de la salud y de la vulgar felicidad humana!” (47) ha escrito. También:“Raramente hay un hombre creativo que no deba pagar cara la divina chispa de su poder creador” (48). También dicho precio, ha señalado, es paradójico: “La relativa inadaptación del artista es su verdadera ventaja, porque le permite alejarse de la vía central, deambular a capricho y encontrar lo que los demás evitan sin darse cuenta” (49). Por otra parte, es necesario aclarar que esta inadaptación característica del artista creativo no se debe confundir con la desadaptación de otros tipos. En particular, C. C. Jung se refiere a la del conocido “artista incomprendido” del cual dice: “Se trata sencillamente de un individuo que no sirve para nada y que siempre está buscando una justificación de su inoperatividad” (50). Además, tampoco se puede confundir con la desadaptación neurótica. Al respecto C. G. Jung precisa: “La enfermedad nunca es estimulante para el poder creador; por el contrario, supone un fuerte impedimento” (51). Así mismo él ha insistido en no confundir la naturaleza problemática del artista creativo con la problemática del neurótico. Problematismo no significa neurosis ni psicotismo (52).

Otro aspecto a analizar es el hecho de que muchos de los problemas de la personalidad creativa son, a su vez, ocasionados por una especie de aislamiento psicológico, un velado ostracismo, una desvalorización de sus ideas y de su actividad, serias dificultades en el contexto educativo, etc. En fin, los hallazgos de variadas investigaciones han comprobado que el entorno ha sido justamente nutritivo con las personalidades creativas, muy a pesar de su positiva valoración social. Las siguientes conclusiones de E. P.Torrance nos ilustran sobre la dificultad mencionada: “La sociedad hace gala de un salvajismo sin límites en el trato que dispensa a los seres creativos” (53). “La personalidad creativa es víctima de sus virtudes” (54). “Las investigaciones sugieren que los niños altamente creativos son con frecuencia mal vistos por sus profesores” (55). De todas maneras, la invitación implícita de una mayor tolerancia y comprensión del entorno, sigue teniendo hoy por hoy la misma vigencia de hace tres décadas en que fue realizada: “Los seres creativos son, en última instancia, seres felices… siempre que tengan libertad para crear” (56).

Para concluir, un pensamiento de C.G. Jung : “El único sentido de la existencia humana consiste en encender una luz en las tinieblas del mero ser” (57). Acorde con este pensamiento considero que la ciencia, la creatividad y el arte que prescinden de este sentido de iluminación sólo son unos fieles servidores del diabolismo contemporáneo.


LA SOLEDAD DEL CREADOR

“El desarrollo de la personalidad, desde sus gérmenes hasta la total consciencia, origina, en primer término, el consciente e inevitable aislamiento del individuo de la indiferenciación e inconsciencia del rebaño. Para esta soledad no existe palabra reconfortante. De ella no puede librar ninguna familia, ninguna sociedad y ninguna categoría, aún a pesar de las más completa adaptación y acomodación al medio ambiente. El desarrollo de la personalidad es una dicha que sólo puede pagarse a alto precio” ha escrito C.G. Jung (58). La soledad del creador es una soledad más allá de una soledad del mundo. La soledad del creador es el estigma del hombre espiritual interno.

D I V E R T I M E N T O S

• Ritual

• Objetos de poder
• Arqueología del recuerdo
• Imagos
• Plagiare
• La Magia de las palabras
• Mudanzas
• Onironautas
• Memorabilias
• Rondantes
• Esotéricos
• Los Cuentos del Azar
• Naturalia
• Diarios
• Sonidos de la Evocación
• Crónicas
• Ficciones
• Juguetes de la Infancia
• Danzantes
• Invenciones
• Epistolario
• Regalo de los Dioses

EPÍLOGO.

Por último, una pregunta: ¿Cuál es el desafío actual de la creatividad para el próximo milenio? En concordancia con la vida y obra de C. G. Jung responde el siguiente poema:

Ser el agua.
Ser el agua de Acuarius.
¡Y en el cántaro dar de beber al pez
para retornarlo vivo a la Mar Primordial!
Ser la luz.
De Paranatellon, su radiante Estrella,
Arriba el blanco alado Pegaso
A apagar su sed en las aguas de la Fuente Eterna,
Antes de reemprender su alígero regreso a la Mansión de los Dioses.
Entonces, allí en el fresco remanso,
El aletear inmóvil fugaz de un colibrí entre las flores
Y la arcádica danza de centelleantes mariposas.

Señoras y señores, muchas gracias por su atención.


* * *

PIES DE PÁGINA

(1)Versión revisada del trabajo “Juegos Literarios” presentado en el Primer Congreso Internacional de Creatividad evento organizado por la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá- Colombia en Mayo de 1991
(2) Idem, pág. 20
(3) La Psique y sus problemas actuales. C.G. Jung. Madrid: poblet, 1935,pág. 40
(4) Formaciones de lo inconsciente. C.G. Jung. Barcelona: Paidós, 1982, pág. 21.
(5) Idem, pág. 21
(6) La Psique y sus problemas actuales. C.G.Jung, Madrid: Poblet, 1935, pág. 48.
(7) Idem, pág. 48
(8) Formaciones de lo Inconsciente. C.G.Jung. Barcelona: paidós, 1982, pág. 21.
(9) La Psique y sus problemas actuales. C.G.Jung, Madrid: Poblet, 1935, pág. 53.
(10) C.G.Jung: Su mito en nuestro tiempo. M.L. von Franz. México: F.C.E., 1982, pág. 25.
(11) Mitos de Creación. M.L. von Franz. Caracas: Monte Avila, 1978, pág. 177.
(12) Referido en: La Reencarnación Artificial. S. Ostrander y L. Schroeder. En: Cuatro Psicologías aplicadas a la Educación. Vol. 1 . Thomas Roberts ( Recop ) Madrid: Narcea, 1979, pág. 232-242.
(13) La Creatividad. J. P. Guilford. En: La Creatividad. Alain Beaudot ( Recop ) Madrid: Narcea, 1980, pág. 25
(14) La comprensión de la creatividad. H. A. Simon. En: Implicaciones Educativas de a Creatividad. Salamanca: Anaya, 1978, pág.57.
(15) Psicología y simbólica del Arquetipo. C. G. Jung. Bs. As.: Paidós, 1977, pág. 124.
(16) Sueños y Existencia. F. S. Perls. Santiago: Cuatro Vientos, 1974, pág. 83
(17) Citado en: Psicoanálisis de los cuentos de Hadas. B. Bettelheim. Barcelona: Grijalbo, 1978, pág. 12.
(18) El Simbolismo de los Cuentos de Hadas. M. L. Von Franz. Barcelona: Luciérnaga, 1992
(19) Interpretation of Fairytales. M. L. Von Franz. Dallas: Spring Publications, 1985.
(20) Individuation in Fairytales. M. L. Von Franz. Dallas: Spring Publications, 1982.
(21) Problems of the Feminine in Fairytales. M. L. Von Franz. Spring Publicatons, 1983.
(22) Shadow and Evil in Fairy Tales. M. L. Von Franz. Dallas: Spring Publications, 1985
(23) Realidad del Alma. C. G. Jung. Bs. As.: Losada, 1940, pág. 178.
(24) Psicoterapia de Grupo y Psicodrama. J. L. Moreno. México: F. C. E. ,1975,pág. 10.
(25) Psicodrama. J. L. Moreno. Bs. As.: Paidós, 1978, pág. 32.
(26) La teoría creativa de la personalidad. J. L. Moreno. En: Fundamentos y normas del psicodrama. I. A. Greenberg. Bs.As.: Paidós, 1977, pág.106.
(27) Psicoterapia de Grupo y Psicodrama. J. L. Moreno. México: F. C. E. ,1975,pág. 57.
(28) El Psicodrama analítico en el niño y en el adolescente. D. Anzieu. Barcelona: Paidós, 1982.
(29) Citado en: Tipos Psicológicos. Tomo I. C. G. Jung. Bs. As.: Sudamericana:, pág. 146.
(30) Condiciones necesarias y suficientes de la Creatividad. R. J. Hallman. En: Implicaciones Educativas de la Creatividad. J. C. Gowan, g. D. Demos y E. P. Torrance. Salamanca: Anaya, 1978, pág. 25.
(31) Símbolos de Transformación. C. G. Jung. Bs.As.: Paidós, pág. 303.
(32) Tipos Psicológicos. Tomo II. C. G. Jung. Bs. As.: Sudamericana, 1965, pág. 181.
(33) Naturaleza y Cultura del Talento Creativo: Herencia y Medio. D. W. Mac Kinnon. En: La Creatividad. A. Beaudot. Madrid: Narcea, 1980, pa´g. 115.
(34) Formaciones de lo inconsciente. C.G. Jung. Barcelona: Paidós, 1982, pág. 23.
(35) Aforismo mencionado en: Sigmun Freud / Carl G. Jung. Carrespondencia. Madrid: Taurus. 1978, pág. 409.
(36) Mitos de Creación. M. L. Von Franz. Caracas: Monte Avila, 1978, pág. 192.
(37) Idem, pág. 192.
(38) Citado en: La Creatividad en la Educación Americana. E. P. Torrance. En : Implicaciones Educativas de la Creatividad. J. C. Gowan, G. D. Demos y E. P. Torrance. Salamanca: Anaya, 1978, pág. 342.
(39) Mitos de Creación. M. L. Von Franz. Caracas: Monte Avila, 1978, pág. 187.
(40) Idem, pág. 21.
(41) La Psicología de C.G.Jung. J. Jacobi. Madrid: Espasa-Calpe, 1976, pág. 55.
(42) Mitos de Creación. M.L. von Franz, caracas: Monte Avila,1978, pág. 91.
(43) Idem, pág. 92.
(44) Idem, pág. 249.
(45) Idem, pág. 138.
(46) La Psique y sus problemas actuales. C.G. Jung. Madrid: poblet, 1935,pág. 53.
(47) Formaciones de lo inconsciente. C.G. Jung. Barcelona: Paidós, 1982, pág. 22.
( 4)8 La Psique y sus problemas actuales. C.G. Jung. Madrid: poblet, 1935,pág. 65.
(49) Mitos de Creación. M. L. Von Franz. Caracas: Monte Avila, 1978, pág. 255.
(50) La Psicología de C. G. Jung. J. Jacobi. Madrid: Espasa-Calpe, 1976,pág. 57.
(51)La Psique y sus problemas actuales. C.G. Jung. Madrid: poblet, 1935,pág. 222.
(52) Citado en: procedimientos que desalientan al niño creativo. J. K. Lagemann. En: Creatividad y Educación. J.P. Guilford y otros. Barcelona: Paidós, 1983
(53) Idem, pág. 32.
(54) Citado en Educación y Creatividad. S.J. Parnes. En: Implicaciones Educativas de la Creatividad. J.c. Gowan, G.D. Demos y E. P. Torrance. Salamanca: Anaya, 1976, pág. 37.
(55) Citado en: procedimientos que desalientan al niño creativo. J. K. Lagemann. En: Creatividad y Educación. J.P. Guilford y otros. Barcelona: Paidós, pág. 36.
(56) Recuerdos, Sueños, Pensamientos. C. G. Jung. Barcelona: Seix Barral, 1986, pág.331.
(58) Realidad del Alma. C. G. Jung. Bs.As.: Losada, 1940, pág. 183.

REFERENCIAS

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