El juego con la Caja de Arena – Prólogo

Dora Kalff y Louis Stewart

El presente documento es una traducción del Prólogo de la clásica obra del Juego de la Caja de Arena Sandplay Studies: Origins, Theory and Practice, editada en el año 1981 por el C.G. Jung Institute of San Francisco. En este libro participaron varios especialistas en esta técnica, entre otros Dora Kalff y Clare Thompson.

Traducido del inglés al español por María Patricia Quijano

 

ORÍGENES, TEORÍA Y PRÁCTICA

PRÓLOGO

Dora M. Kalff

Estoy satisfecha de enterarme de que “el Juego de la Caja de Arena”, el cual yo introduje al Instituto Carl Gustav Jung de San Francisco, haya encontrado tan amplia acogida entre los psicoterapeutas, incluso entre aquellos que tienen una aproximación mucho más científica a la psique. En general, me gusta promover cualquier tipo de investigación que se haya hecho con el Juego de Arena; estoy segura que los nuevos descubrimientos y otras aproximaciones con respecto al Juego de Arena, más allá de aquellos que yo misma he experimentado, puedan probar ser útiles en procura del alivio del sufrimiento del paciente y, además, el ir más lejos en el desarrollo de nuevas técnicas e ideas, podría ser una motivación fundamental para los terapeutas.

Cuando fui a Londres en 1956, a estudiar con la Doctora Margaret Lowenfeld su“Técnica de los Mundos”, mi principal interés estaba en la técnica como un medio ideal de aproximación al inconsciente del niño. Sin embargo, pronto descubrí que cuando el paciente, ya fuera un niño o un adulto, construye“mundos” a intervalos regulares, se puede observar un proceso de desarrollo que empieza a gestarse, guiado por la oculta totalidad inconsciente. Por ello, en la Caja de Arena, cuando el paciente comienza el juego, se somete a sí mismo a la ley de la psique que conduce a la unión de los opuestos. Por las características específicas del Juego con la Caja de Arena, parece ser en sí mismo un mediador entre los polos de lo visible y lo invisible. Otra polaridad importante y obvia en este Juego es aquella entre el cuerpo y la mente. La imagen se forma físicamente en la arena de tal manera que podemos decir que el contenido interno encuentra una forma concreta. Puesto que las figuras utilizadas en la Caja de Arena son hechas en el mundo material, un contenido inconsciente es inmediatamente transformado en el mundo consciente, dándole al paciente, de este modo, la oportunidad de experimentar las cualidades transformadoras de la energía.

Una condición primordial, entre otras, para el desarrollo de fuerzas internas es la disposición de lo que yo llamo “un espacio libre y protector” para el paciente. La tarea del terapeuta es crear tal espacio, un espacio en el cual el paciente se sienta completamente libre y aceptado, protegido por el terapeuta, quien debe reconocer las limitaciones del paciente. En esta situación protectora, el proceso analítico progresa hacia la unión de los opuestos, a través del acto de jugar. Por consiguiente, yo he dado a este método el nombre de “Juego con la Caja de Arena” (Sandplay). Lowenfeld, en un reconocimiento a esta observación, se declara de acuerdo con ésta. El acto de jugar en la arena permite al paciente acercarse a su propia totalidad.

En cierto momento el paciente, a través de este Juego, penetra hacia lo que podemos reconocer como una expresión del Sí-mismo. Con ello se logra una situación psíquica de paz interior que conduce a un profundo movimiento, a experiencias numinosas y al contacto con la esfera de lo trascendental o espiritual. El ego, como centro de la personalidad consciente, es relativizado en el sentido que comprende que está contenido en el Sí-mismo.

Esta experiencia es la base de una transformación inicial de las energías. En las imágenes de arena que siguen, expresadas en primer lugar en un nivel primitivo, aparecen escenas del mundo vegetal y animal. En los primeros planos encontramos agua y fuego. Los pacientes experimentan un encuentro con los más bajos niveles del cuerpo. Al mismo tiempo, encontramos la emergencia de elementos contra-sexuales o imágenes del alma de la personalidad: en el hombre, el aspecto de lo femenino creativo llamado Ánima; en la mujer, el aspecto del logos masculino llamado Ánimus.

Estas son nuevas fuerzas creativas que comienzan a tener un efecto. En este momento, los aspectos más oscuros que permanecen ocultos y que pertenecen a la esfera de los instintos y los impulsos son representados en imágenes de arena. La comprensión de estas fuerzas lleva a su confrontación y, en otro nivel, a la transformación de estas energías. Con la ayuda del despertar de la creatividad se le da a la vida una nueva dirección.

Esto es, en resumen, como yo veo el proceso y como lo he experimentado con mis pacientes. En mi experiencia, el Juego con la Caja de Arena constituye en sí mismo un método por medio del cual se da y se vive el proceso de individuación. Personalmente nunca lo he considerado un complemento al análisis verbal, para ser usado en ciertos momentos del proceso terapéutico. Cuando es utilizado como un complemento al análisis verbal, puede ir mucho más allá del trabajo terapéutico, pero no pienso que conduzca al mismo tipo de experiencias que yo he visto son posibles a través del uso continuo del Juego con la Caja de Arena”, en tanto énfasis principal de la terapia. En una futura publicación, espero dejar más en claro todas estas comprensiones que he logrado y que todavía continúo descubriendo, siempre y cuando el tiempo y las circunstancias lo permitan.

Dora M. Kalff
Zollikon, Switzerland
Octubre, 1980

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EL JUEGO CON LA CAJA DE ARENA Y EL INSTITUTO
C.G. JUNG DE SAN FRANCISCO

Louis H.Stewart

Este libro es testimonio del gran impacto que, sobre la comunidad de psicoterapeutas de la Bahía de San Francisco, en particular de los analistas Junguianos, ha tenido la analista Junguiana de Zurich, Dora M. Kalff. Su influencia abarca más o menos dos décadas. En el año 1961, la señora Kalff visitó los Estados Unidos para presentar a los profesionales interesados, su experiencia clínica en el uso de la Técnica de los Mundos de Lowenfeld, con niños y adultos jóvenes. Su aparición en el Área de la Bahía de San Francisco fue anunciada por el Dr. Renée Brand, un analista Junguiano de San Francisco que ya había conocido a la señora Kalff en Europa. Katherine Bradway, quien en ese momento presidía la Conferencia de Analistas Junguianos de Norte y Sur de California, tuvo conocimiento del trabajo de Kalff y pasó la voz al Dr. Joseph Henderson, presidente encargado del Área de California del Norte, quien a su vez, sugirió que la señora Kalff fuera invitada a dar una conferencia sobre su trabajo en marzo de 1962. Fue entonces cuando se le ocurrió al Dr. Henderson llamar al Área de la Bahía de San Francisco “la epifanía” de Dora Kalff y –como en una especie de cadena humana espontánea- su influencia llegó a expandirse por muchos años. Justamente, después de que ella fuera recibida tan calurosamente en la presentación de la Conferencia de Analistas, la señora Kalff se encontró en San Francisco un grupo de entusiastas analistas con quienes discutiría su trabajo. Por la época en que ella se fue, comenzaba a conformarse un Comité informal, el cual buscaba el desarrollo del Juego con la Caja de Arena para facilitar su uso en la práctica clínica.

A partir de este buen comienzo, fluyeron una serie de invitaciones, casi anuales, a la señora Kalff para dar conferencias, seminarios, incluso también para promover sesiones de entrenamiento para personas. Con los años, su audiencia creció rápidamente en tamaño y en entusiasmo, y su influencia se esparció cada vez más. Hoy en día, el mayor de los eventos en la Comunidad Junguiana ocurre cuando logran persuadirla de venir a San Francisco. Para tener una idea del alcance de las conferencias de Dora Kalff, a continuación, se presentará una lista de las presentaciones más importantes en el Área de la Bahía: en 1966, fue invitada a presentar su trabajo clínico al Pabellón de Niños en Salud Mental del Condado de San Mateo, que por entonces estaba dirigido por el Dr. Charles Stewart. Durante la misma visita, presentó un seminario en el Instituto Carl Gustav Jung de San Francisco. Como si fuera poco, dio una conferencia bajo los auspicios del Club de Psicología Analítica de San Francisco. En 1969, y nuevamente en 1970, fue una de las integrantes del distinguido grupo de Analistas Junguianos, escritores y otros creadores, que dio dos memorables fines de semana de conferencias y discusiones, junto con los Drs. James Yandell y Harold Stone, de la Universidad de California en Berkeley. Los temas que se trataron fueron “Fantasías, Sueños y Mitos” y “La Feminidad Olvidada”. Las contribuciones de Dora Kalff, fueron tituladas “La Imaginación Creativa y El Desarrollo del Niño”, e “Imágenes de Renovación”. En 1973, el Instituto Carl Gustav Jung y el Club de Psicología Analítica, patrocinaron una conferencia a Dora Kalff, en el Lone Mountain College titulada “La Meditación del Fuego Interno”. Ya en 1974 en el Centro Médico de la Universidad de California, la señora Kalff realizó una conferencia y mostró su filmación de Juegos con la Caja de Arena, que mostraban su trabajo clínico con niños. En su visita más reciente, en la primavera de 1979, presentó una conferencia con material clínico, la cual titulaba “Juegos de Arena: Su relación con la Religión y lo Femenino”, bajo los auspicios del Instituto C. G. Jung y el Club de Psicología Analítica.

Además de sus conferencias, otra manera por medio de la cual la presencia de Dora Kalff ha estimulado el desarrollo del juego de arena en la Bahía, es a través de sus visitas a la Clínica James Goodrich Whitney del Instituto C. G. Jung de San Francisco. La primera propuesta de una clínica para ofrecer psicoterapia y análisis junguiano al público en general, a bajos precios, fue hecha por el Dr. James Whitney, en el otoño de 1961, en una reunión de la Sociedad de Analistas Junguianos en el Norte de California. En tres años el Instituto C. G. Jung, se puso como meta sostener dicha clínica, además de tener otras funciones como la educación publica, la investigación y el entrenamiento de analistas junguianos. Tan pronto como el Instituto se estableció en una sede (una vieja casa victoriana sobre la calle Klein), los planes para abrir la clínica salieron adelante y la clínica fue concebida para que prestara un servicio tanto al público como para funciones de investigación. Al tiempo que era posible empezar a atender clientes, las presentaciones de Dora Kalff nos habían convencido que la clínica debería tener un cuarto equipado para el Juego con la Caja de Arena, el cual podría servir tanto para la terapia como para la investigación. Como co-director de la clínica, y en unión con el Dr. Melvin Kettner, fui asignado a la envidiable tarea de recolectar las miniaturas y todo el equipo del cuarto del Juego. En el otoño de 1966, la Dra. Katherine Bradway vio los primeros pacientes en la Caja de Arena y de esta manera obtuvimos las primeras investigaciones y los primeros estudios acerca de los mundos construidos en la Caja de Arena.

Desde entonces, el cuarto de juegos con la Caja de Arena ha prestado un buen servicio tanto en la terapia como en la investigación. Muchos analistas y candidatos a analistas han hecho uso de este equipo en su trabajo con los pacientes clínicos y ha sido útil, junto con los seminarios, en el programa de entrenamiento de analistas que ofrece el Instituto. Actualmente, varios psicólogos en su práctica están aprendiendo a utilizar la técnica, como parte de su experiencia en la clínica. Finalmente, el lento proceso de acumulación de datos y análisis de la investigación empieza a dar sus frutos. Ahora los estudios que se adelantan, utilizando el Juego con la Caja de Arena y otros métodos psicológicos, han servido para avanzar en investigaciones sobre las categorías de la imaginación y las fases del desarrollo del ego.

Es imposible expresar en palabras las cualidades de Dora Kalff que cautivaron e inspiraron a tantos nuevos terapeutas entusiasmados por el Juego de la Caja de Arena. Mientras escribía esta historia sobre de la estadía de Dora Kalff con nosotros, sentía la nostalgia y los recuerdos de mis propias experiencias y las de aquellos a quienes he mencionado acá. Mientras trato de poner estos recuerdos en impresiones claras, vienen a mi mente las palabras “un espacio libre y protegido”, una expresión que Dora Kalff acuñara para caracterizar la atmósfera terapéutica que ella buscaba fomentar en su trabajo.

Esta, me parece a mí, puede ser la mejor descripción de los efectos que ha causado como persona, tanto en su rol de profesora como de psicoterapeuta; su impresionante impacto también reside en los mundos de arena en sí mismos. Aun cuando esas imágenes estáticas de arena, que se proyectan en la pantalla, parecen congeladas, retienen algo de esa cualidad mágica de los mundos vivientes que son animados igualmente por la imaginación del cliente y del terapeuta, y sólo toman vida de nuevo para todos aquellos que los puedan ver con la visión interna de la imaginación.

 

 

 


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