Ángeles Martín
El siguiente es un aparte del capítulo 11, «La función del terapeuta», de la obra Manual Práctico de Psicoterapia Gestalt de Ángeles Martín González. Ángeles es Psicóloga clínica por la Universidad Complutense de Madrid. En la década de los años 70 desarrolló su actividad en el campo de la Medicina psicosmática en el Hospital Clínico de Madrid. Formada en Gestalt con A. Schanke, F. Huneeus y C. Naranjo(Chile), E. y M. Polsters y R. Feitis (Usa), en Psicoanálisis con S. Resnick, H. Kesselman y A. Liberman y en Psicodrama con Leonardo Satne y Rojas Bermúdez. En 1975 introduce la terapia Gestalt en España y en 1976 crea el Instituto de Psicoterapia Gestalt.
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Anteriormente hemos hablado de lo que debe evitar todo terapeuta si realmentequiere prestar un buen servicio a su cliente. Ahora vamos a describir las características quedebe reunir para manejar bien un proceso terapéutico. Según Fagan y Shepherd (1973) un terapeuta tiene que tener las siguientes características:
– Pautamiento
– Control
– Potencia
– Humanidad
– Compromiso
Pautamiento
El terapeuta ha de ser capaz de reconocer una serie de características, síntomas, movimientos, tono de voz y aspectos básicos de la conducta de la persona que acude a una terapia. Debe saber que el paciente desde que entra en su consulta le va dando información, y por ello debe ir acumulando toda la información posible que le permita comprender mejor a su cliente desde el primer encuentro. Recogerá tanto los datos que le aporta del pasado, como los que le aporta del presente, no sólo con sus palabras, sino también con todos aquellos datos que no le da verbalmente, y que se perciben a través del lenguaje de su cuerpo.
Control
Por muy claro que sea el pautamiento o diagnóstico del terapeuta, si no está en condiciones de asumir el control de las sesiones, poco o nada podrá hacer para que se produzca el cambio en el paciente. Se entiende por control la capacidad del terapeuta para procurar que el cliente acepte seguir una serie de procedimientos fijados por él, que pueden incluir una amplia gama de técnicas y juegos con los cuales trabaja la terapia gestáltica. Si el paciente no está dispuesto a colaborar o trata de manejar y llevar al terapeuta hacia donde él desea, el control pasará a manos del cliente y poco o nada podrá hacer por él. La importancia de conseguir el control desde el primer momento estriba en que cualquier síntoma tiene como función procurar controlar a los demás y forzarlos a actuar tal y como uno quiere. El terapeuta debe contrarrestar el control que el paciente tratará de ejercer sobre él y el ambiente, procurando establecer las condiciones necesarias para un buen desarrollo de su tarea.
Es preciso que el terapeuta advierta, ponga de manifiesto y contrarreste los esfuerzos que el paciente haga por conseguir el control mediante procedimientos gestálticos, utilizando los síntomas o cualquier otro aspecto que surja en cada momento. Debe estar atento para que el paciente no lo aburra, lo asuste o lo eluda. Debe ingeniárselas para que no le engañe o le resulte demasiado entretenido, y debe estar atento para que no lo lleve a la conmiseración. Si algún paciente consigue alguno de estos objetivos, su tarease verá seriamente afectada.
Potencia
El terapeuta debe poder ayudar a su paciente para acreditar y evidenciar sus servicios, y si ve que él no es capaz de ayudar a su cliente debe hablar abiertamente con él y expresarle sus pensamientos y sentimientos en relación con sus dudas de no poder ayudarlo. La persona que solicita una asistencia terapéutica específica tiene derecho a esperar que le sea brindada. Por esta razón, el terapeuta debe tener el mayor y más amplio conocimiento que le sea posible de técnicas, juegos, experimentos y procedimientos para indicar instrucciones y sugerencias que puedan superar la inercia del cliente y promover el movimiento. Cada tipo de psicoterapia tiene unas técnicas en las que basa su forma de actuar y el tratamiento que proporciona. Así sabemos que el psicoanálisis utiliza la interpretación y el análisis. Otros practican la hipnosis, analizan transacciones, dan sugerencias, etc. Una de las contribuciones más importantes de la terapia gestáltica reside en el poder de sus técnicas, que permiten alcanzar con gran rapidez niveles emocionales y de comprensión muy profundos. La silla caliente es una de las técnicas más poderosas y rápidas para proporcionar conocimientos y cambios importantes y duraderos.
Humanidad
El término humanidad supone en el terapeuta un interés y cuidado por su paciente en un plano personal y afectivo. Estriba en su buena disposición para compartir con el paciente sus propias reacciones afectivas, siempre y cuando éstas no afecten negativamente a su cliente o no las utilice el terapeuta para su propio bienestar y no para el de su cliente. Hablarle de sus propias experiencias cuando sea pertinente y adecuado al momento. Su humanidad también se encuentra en su capacidad para advertir y señalar los tanteos que hace el paciente en busca de una mayor autenticidad, y para brindarle apoyo y reconocimiento. Y por último, también estriba en su propia apertura hacia un mayor crecimiento, lo cual le servirá de modelo a su cliente. El terapeuta debe indagar en su propia interioridad para darse cuenta de en qué momento su sola presencia puede contribuir de forma más importante al proceso de desarrollo, y cuando una simple reacción espontánea y natural de un ser humano frente a otro ser humano es más valiosa que todo su interés y afán terapéutico.
Compromiso
Todo proceso terapéutico exige un cierto número de compromisos más o menos rígidos o de mayor o menor importancia. El terapeuta contrae compromiso con su profesión desde el momento en que decirse dedicarse a ella. Este primer compromiso con su profesión implica otra serie de compromisos, entre los que está el desarrollo continuo de sus capacidades, tanto de comprensión como de conocimiento. Esto requiere altas dosis de interés y de energía. Implica un avance continuo en su desarrollo personal y en su interés por aumentar sus conocimientos. Implica, también, tratar de hacer aportes a la teoría que utiliza, al elaborar y crear nuevas formas obtenidas de su práctica diaria y de su interés particular; e incluso, llevado a unos horizontes más amplios, implica dedicar cierto tiempo a la investigación,contribuyendo a la misma con trabajos, escritos y actividades docentes. Con respecto a sus clientes, contrae el compromiso de comprenderlos y de ampliar sus capacidades y entrenamiento para llevar a buen término una terapia. Ningún terapeuta puede evitar sentirse, por períodos de mayor o menor duración, deprimido, hastiado, aburrido y con dudas con respecto a las técnicas que utiliza o a su propia valía como terapeuta. A veces ocurre que el terapeuta se ve inclinado a dedicarse a otras cuestiones indirectas como la investigación o la docencia. Como es natural, esto debe ser tenido en cuenta y no desecharse por miedo al cambio u otra razón cualquiera. A veces puede ocurrir que el terapeuta entre en conflicto con dos de los requisitos mencionados anteriormente, como pueden ser el control o la humanidad. En este caso, su conducta se modificará trasladando el énfasis de una situación a otra en la medida que la situación así lo requiera. Todo dependerá de su forma de ser, de su flexibilidad y de lo que crea más conveniente en cada momento.
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