Eliana Marcela Fernández Vanegas es Psicóloga de orientación junguiana, Magister en Artes y Docente catedrática en la Universidad de Antioquia. Se publica este artículo con autorización de la autora.
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RESUMEN
En este artículo, presento algunas de las observaciones realizadas en un proceso terapéutico grupal en Imaginación Activa en Movimiento, desde la voz de la terapeuta y con el valioso aporte de las participantes, el cual es significativo en tres cosas fundamentalmente: la primera, es un aporte transdisciplinar entre la psicología y el arte del movimiento, el cual se nutre de la exploración, de la improvisación y del potencial creativo como base de la observación psíquica y anímica de las participantes. Como segundo, se pone de manifiesto la observación, escucha, y sensibilización de la atención que requieren los participantes para dar cuenta de sus reflexiones, sensaciones, sentimientos e intuiciones. Y como tercero, deja abierto un panorama de descubrimiento que continuo en las áreas de lo psicosomático tema que vengo indagando de manera independiente desde hace algún tiempo.
Palabras claves: Cuerpo, Psique, Proceso Terapéutico, Imaginación Activa en Movimiento, imagen psíquica, Creatividad.
Abstract
In this article, I present some of the observations made in a group therapeutic process in Active Imagination in Movement, from the voice of the therapist and with the valuable contribution of the participants, which is fundamentally significant in three things: the first, in making a transdisciplinary contribution between psychology and the art of movement, which is nurtured by exploration, improvisation and creative potential as the basis for the psychic and psychic observation of the participants. As a second, the observation, listening, and sensitization of the attention that the participants require to account for their reflections, sensations, feelings and intuitions are revealed. And as a third, it leaves open a panorama of discovery that continued in the areas of the psychosomatic theme that I have been investigating independently for some time.
Key words: body, psyche, therapeutic process, active imagination in movement, psychic image, creativity.
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Y es que la realidad a la que aspiran tanto el artista como el místico es la misma: ambos tratan de hacer aflorar a la conciencia las verdades más íntimas y profundas. El místico por confrontación directa, y el artista mediante la reflexión que propone a través de sus obras. La naturaleza del arte (como un microcosmos) y la del universo (como el macrocosmos) son dos aspectos de una misma realidad: el primero como una parte del segundo, experimentada desde dentro y comprendida en él; y el segundo como un todo contemplado desde fuera – equivalentes, respectivamente, a lo que Schopenhauer denominó “el mundo como voluntad” y “el mundo como representación o como idea”. – Esta relación basta para explicar el juego creativo del artista entre el descubrimiento y el reconocimiento, que suscita la posibilidad de la obra como una revelación en la que ambas realidades, exterior e interior, son reconocidas como la misma”
Joseph Campbell 1986.
Preámbulo
En los caminos investigativos y creativos algo en común se comparte, la experimentación y el disfrute del proceso. Quiero iniciar con este preámbulo donde explico al lector, cuáles han sido mis preguntas e intereses investigativos y cómo he ido siguiéndoles la pista a lo largo de varios años, dado que las preguntas fundamentales requieren de tiempo de dedicación y tempo de digestión.
Llego a la psicología analítica desde ADEPAC[2] en un momento personal donde mi experiencia como profesional de la danza, me llevaba de una manera orgánica a hacerme preguntas por lo psíquico y como esas dos instancias se podían comunicar. Posteriormente entré a formarme como psicóloga y mi pregunta me lleva a desarrollar una pesquisa con algunos de los analistas de la IAAP[3] de Colombia y Venezuela. De allí surgió el artículo “El Cuerpo en la Psicología Analítica”[4] donde pude encontrar el concepto de lo psicoide[5] como aquella área donde confluyen y se interrelacionan de una manera dinámica y continua el cuerpo y la psique, el cual fue fundamental para continuar con mis preguntas en este campo del conocimiento. Por ese mismo lapso, tuve la valiosa oportunidad de acercarme de manera vivencial a la práctica de la Imaginación Activa en Movimiento[6] herramienta que abre la posibilidad de profundizar en el campo de cuerpo y psique de manera más concreta, esto marca un punto de inflexión en mis preguntas porque yo misma pude constatar desde la propia vivencia, el poder de un símbolo activado.
Más adelante, pude conjugar creativamente esta herramienta psicológica en los procesos creativos y artísticos. De allí surgió “La Imaginación Activa en Movimiento en la creación artística”[7] allí puse una semilla al avance teórico en el campo de la danza, y en la construcción de cuerpo de un músico, de unir el movimiento con la ejecución de su instrumento[8] (saxofón).
A continuación, describo algunos aspectos significativos de un proceso grupal en la práctica de Imaginación Activa en Movimiento o también conocida como Movimiento Auténtico, espacio que he facilitado y orientado con una continuidad de una vez por semana, durante tres años a dos mujeres.[9] Con previo consentimiento de ellas y salvaguardando sus nombres, comparto una mínima parte del proceso sanador y creativo surgido en las sesiones, en particular, me interesa dar a conocer lo que ha sido significativo desde sus propias voces además de algunos aspectos observados, los cuales transitan y dan información valiosa tanto en el campo del cuerpo y el movimiento como en el campo de la psicología (el movimiento del alma)
Cuando hay continuidad en una determinada práctica, disposición y apertura, ocurren movimientos sustanciales en cada uno de los participantes, incluyendo el terapeuta mismo, esto debido a la trasferencia[10] y la contratransferencia[11] que en estos procesos se hace evidente, el inconsciente va ofreciendo sus frutos que como emergencias invitan a estar doblemente atentos para contener y proteger las emociones, que suscitan afectos tanto en el analista como en los participantes.
Y, ¿Qué es el Movimiento auténtico y la danza como terapia?
La danza movimiento terapia o DMT es una disciplina que reconoce el cuerpo como un instrumento implícito y expresivo de comunicación, donde “se utiliza la experimentación con el movimiento para investigar nuevos caminos de estar y sentir, así como para acceder a emociones que no se pueden verbalizar” (Stanton Jones 1992) se trabaja con la memoria corporal la cual guarda registros pre-verbales que como se acaba de mencionar, no pueden ser asimilados de otra manera sino es con la misma emergencia del propio cuerpo. El Movimiento Auténtico es una práctica específica, utilizada en la danza como terapia, la cual nace en el contexto y conceptualización de la psicología analítica en los años 50s del siglo XX, fundamentada en la imaginación activa, método que Jung utilizó con sus pacientes, en el cual se busca establecer un dialogo con los contenidos inconscientes a través de la imagen, se puede hacer desde distintas formas de asimilación o expresión, pero en este caso, es a través del movimiento y los impulsos de movimiento. En palabras de Whitehouse (1963) es un proceso de seguir la sensación interna, permitiendo que el impulso tome la forma de una acción física, del mismo modo que seguir la imagen visual es imaginación activa en fantasía.
Contextualización de la experiencia
«La violencia no detiene a la violencia, perpetúa la misma energía. El amor transforma la violencia» Pero el amor no puede emerger nunca desde un estado de conciencia basado en la negación, proyección y disociación. Amor implica reconocer los opuestos en una misma y crecer a través de una relación continua y constante entre los mismos. La identificación / proyección es inconsciente. La relación es conciencia, y el amor es relación.
Marion Woodman 1992
El trabajo se realiza con dos mujeres comprometidas con su autoconocimiento, tienen en común, el estudio de la psicología analítica. Llegan a mi consulta por un interés de acercarse al cuerpo, desde el movimiento auténtico, y con unas preguntas por su femineidad, su erotismo y su espiritualidad.
Comenzamos a rastrear a partir de un trabajo retrospectivo, la manera como se ha construido su deseo en lo particular y en lo cultural. Lo que supuso revisar aspectos de sus historias de vida y de la cultura en la que estamos inmersos. Este viaje, realizado por septenios, ha permitido escuchar y leer con mayor claridad el llamado del alma en este momento presente de sus vidas y descubrir parte de sus procesos de individuación. Este método de trabajo propicia, un abordaje del cuerpo en la exploración con el movimiento y desde la atención especial a los impulsos, cualidades, tonos, afectos y emociones que emergen espontáneamente y de los cuales se busca su expresión creativa y posteriormente su verbalización o insigth.
Aunque existe un método de trabajo, es importante aclarar que el modo como se conduzca o facilita un proceso terapéutico tendrá mucho que ver con los recursos, personalidad, experiencia y vivencias del terapeuta, y por supuesto de los pacientes también, dado que en psicología analítica se parte de que a uno le llegan los pacientes que necesita, por tanto, esto plantea un modo de la relación que se presenta de una manera horizontal en la que existe una permeabilidad y a la vez una necesidad de atención de las psiques en juego, la del terapeuta con la de sus pacientes; en especial la observación de las irrupciones del inconsciente de todos los que estamos allí y de las posibles identificaciones y proyecciones que se ponen en juego en la relación terapéutica.
En este caso, lo que ha permitido la continuidad de este proceso es el grado de confianza que se ha podido construir, el cual ha permitido que, en momentos confusos, o de aparente retroceso, proyección, o identificación hayamos podido permanecer atentas a lo que se va dando y al ponerlo en dialogo, continuamente insistimos en atendernos y recoger dichas proyecciones para poder hacernos cargo de nuestras tareas particulares. El modo de conducción por mi experiencia en el trabajo con la danza durante varios años me ha permitido un manejo amplio de la improvisación en las sesiones, la cual, en muchos casos, ha facilitado, el desarrollo de la capacidad creativa en lo que hacemos. Seguirle la pista a algo de manera intuitiva es una conquista que he podido afianzar y combinar en mi practica terapéutica aunada a mi proceso creativo. Ambos conducen a la expresión y la conducción de elementos psíquicos que en algún momento se encontraban en tensión o pugna.
He llegado a la convicción de que los procesos terapéuticos que he vivido y también orientado, se han liberado, en gran medida a través de una manifestación creativa, sensible o artística, por ejemplo, seguirle la pista a (un escrito, una serie de dibujos, una secuencia de danza, etc.) Lo que, en gran medida, es como una resolución materializada de elementos psíquicos que estaban en una tensión y que buscan expresarse. Como no existe un solo modo de ser y estar en el mundo, yo he ido encontrado el mío y me da mucho gusto saber que cada vez puedo y estoy abierta a explorar otros modos. En esta medida, considero fundamental facilitar en las sesiones la libre expresión y es en esa confianza, que el paciente va encontrando sus propias maneras de manifestar nudos significativos de su estado interno y a la vez la posibilidad de entablar dialogo con esos contenidos.
Pero, llegar a esto a veces no es tan fácil, he encontrado en distintos contextos de mi trabajo profesional, que cuando uno da libertad de expresión a los otros, culturalmente hay un choque, hemos estado tan conductuados, que no sabemos qué hacer cuando se nos abre la jaula, por lo tanto, mi modo de acción, puede chocar para algunos, que necesitan que se les diga el cómo, y desde esta perspectiva no se manejan fórmulas mágicas, se experimenta, a través del ensayo y error, como lo han hecho los seres que se han atrevido a abrir otras puertas del conocimiento. Uno de los problemas a su vez del ensayo y el error en estos procesos donde la interrelación humana es lo prioritario, es que precisamente se puedan abrir puntos de vulnerabilidad, en este contexto, hablamos de la activación de un complejo, el cual puede suceder a veces con una palabra inoportuna, una irrupción de un movimiento, de un gesto, o una palabra no dicha. Pero si nos mantenemos con una disposición de aprendizaje mutuo y humildad, seguro que entenderemos que eso que nos incomodó quizá también es una perla para poder comprender algo en nosotros.
El movimiento auténtico, se propicia entonces en un espacio seguro, donde los participantes puedan sentirse a salvo en lo que allí pueda emerger. Hay dos figuras especialmente importantes en una experiencia, la figura del movedor y la figura del testigo. El movedor se entrega al naufragio de su mundo interior, mientras el testigo acompaña esa experiencia con todo su cuerpo ampliando su nivel de percepción. Generalmente el movedor tiene sus ojos cerrados, y deja o permite que un impulso de movimiento espontáneo emerja. Esto nos lleva a una impronta significativa en esta experiencia y que se distancia de muchas otras prácticas con el cuerpo, aquí no es el yo quien conduce la experiencia, al contrario, el yo obstaculiza. El primer reto entonces, para abrirnos a este tipo de experiencia, es digámoslo así, una rendición humilde a otras fuerzas psíquicas, inclinarnos a un espacio desconocido, por ello la imagen del silencio, el vacío y la espera se hacen tan significativas en esta experiencia. Pues es en este punto que puede irse gestando algo que luego emerge. Un segundo reto, es que la práctica va permitiendo que el movedor también se convierta en su propio testigo, lo cual implica un nivel de entrega, pero atenta, en otros términos, se podría nombrar un nivel de propiocepción o autoobservación, que nos permite estar atentos para registrar lo que nos va sucediendo y principalmente el cómo ocurre. Todo esto con un propósito, el de crear una mayor comunicación entre el Self[12], centro regulador de la psique con el ego.[13] En otras palabras, disponer de un cauce más amplio de la energía psíquica, situar los contenidos inconscientes a la disposición del potencial creativo.
El papel del testigo se hace indispensable puesto que observa y atiende con su percepción, cuida y protege la experiencia del movedor, pero de manera neutra, sin ejercer juicios de valor, lo cual nos permite también un aprendizaje necesario para la vida misma y es el valor de la comprensión y el desarrollo de la escucha generativa, el cual necesitamos en nuestra vida cotidiana, en todos los espacios en los que entablamos relaciones sociales con los otros. La labor del testigo podrá en el mejor de los casos, generar empatía con el otro y en este sentido, acompañará su vivencia emocional, acunará y podrá aportar presencia y sensación de seguridad al movedor. Por lo anterior, el último factor importante de esta práctica es la verbalización, en la cual se hace una devolución muy cuidadosa de la experiencia generalmente pronunciándola en primera persona.
Para resumir, en las sesiones de Movimiento Auténtico se propicia una experiencia que parte del silencio y la quietud al movimiento y al sonido, (casi siempre acudo a mi intuición, hago pequeñas modificaciones a la experiencia, planteo una imagen inicial, o un tema que estemos trabajando, o quizá retomo una imagen surgida anteriormente por alguna participante de algunos de sus sueños) luego la llevamos a la parte expresiva (escritura, dibujo, moldeado, tejido) y por último la verbalizamos, es en esta última parte en la cual también mi devolución pueden ser importante para mostrar elementos que hayan surgido y que las participantes aún no han percibido en sí mismas. Generalmente hago esto a través de preguntas o de devolverles el modo en cómo se presentó algún movimiento, cual fue el tono emocional que tuvo dicho movimiento, la frecuencia en que se ha repetido en el tiempo, entre otros factores.
Cabe anotar que, en este tiempo, ha habido genuinas expresiones de las psiques de las participantes, las cuales han permitido revelar esencias de sus propias necesidades y a la vez recursos con los que cuentan en su propio ser.
Dejar que el alma se exprese en un proceso creativo
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar.”
Antonio Machado.
Ha sido clave observar en el camino andado como se expresan los biorritmos de las dos participantes, desde su respiración, los movimientos que expresan sus cuerpos, la exploración espontánea de los niveles del cuerpo en el espacio y la energía modulada a la acción en distintos niveles de manifestación. La familiaridad con esta herramienta, que ha facilitado su libre expresión, desde el movimiento mismo, el dibujo, el tejido, el moldeado y la escritura, siempre acompañadas de la oralidad, donde nos permitimos la complementación, el contraste, la pregunta y la duda como formas de dialogo con las imágenes previamente expresadas. En nuestras conversaciones evitamos llegar a conclusiones y más bien nos vamos con más preguntas.
Lo observado en las sesiones de Movimiento Auténtico
Comparto en esta reflexión desde un cuadro comparativo algunas cualidades observadas en ambas mujeres indistintamente durante el camino recorrido, lo presento no como categorías absolutas de comportamiento si no como fuerzas en tensión de un mismo organismo, como condiciones que se han podido observar variablemente en el tiempo y en el espacio de la práctica, funcionan como si fuesen parte de una misma psique, se expresan en el cuerpo (mental, emocional y físico y energético) y han permitido ver la expresión individual y el campo colectivo activado, lo que nos permite sentirnos en algunos momentos identificadas o apropiadas de esas mismas cualidades y así poder generar mayor comprensión.
Condiciones | Cualidades | Cualidades | Cualidades |
Biorritmo | Pausado, Acompasado | Agitado, Acelerado, intermitente | |
Respiración | Lenta | Rápida | Expansiva |
Dimensión espacial | Orientación espacial. Direcciones del cuerpo en el espacio Norte, sur, este, oeste | Desorientación espacial, sensación de estar pérdida. | |
Propiocepción | Consciencia del cuerpo, sus sensaciones, y percepciones | Dificultad para nombrar lo que se siente, y lo que se percibe. | Capacidad para nombrar y relacionar las sensaciones del cuerpo con las emociones de este: Tristeza, rabia, sorpresa, miedo, alegría, vitalidad, sensualidad, repugnancia, entusiasmo, etc. |
Cualidades del Movimiento | Movimientos suaves, fuertes, amplios, cerrados, abiertos, cortantes, en látigo, en golpe, cuadrados, redondos, en espiral, ascendentes, descendentes. | Capacidad para nombrar y relacionar las cualidades del movimiento con las emociones que expresa: Tristeza, rabia, sorpresa, miedo, alegría, vitalidad, sensualidad, repugnancia, entusiasmo, etc. | |
Coordinación de distintos segmentos | Movilidad de dos o tres partes del cuerpo de manera coordinada o sincrónica | Poca movilidad de dos partes del cuerpo de manera coordinada | |
Disociación de distintos segmentos corporales | Movilidad de dos o tres partes del cuerpo de maneras distintas en velocidad y orientación | Dificultad para disociar dos partes del cuerpo al mismo tiempo de maneras distintas. | |
Sensaciones extra sensoriales | Percepciones sutiles de sí mismo, del entorno y del otro. | ||
Sentido del yo | Sensación de estar presente, en tiempo, espacio, y cuerpo | Demasiado sentido del yo inhibe a la exploración o la libertad, o la búsqueda de soltura o entrega. | |
Sentido de disolución o de expansión | Sensación de entrega a la experiencia o a la sensación hasta confundirse e integrarse a otras dimensiones interiores de la experiencia. | ||
Exploración | Apropiación del cuerpo en el tiempo y en el espacio para explorar patrones rítmicos expresivos de manera espontánea. | Apropiación del cuerpo para realizar cada vez diversidad de movimientos. | |
Narrativas corporales | Patrones de movimientos acompañados de una carga emotiva, realizados durante distintos momentos en el tiempo, con algunas variantes. | Capacidad para realizar patrones de movimientos con un tono emocional expresivo: Tristeza, rabia, sorpresa, miedo, alegría, vitalidad, sensualidad, repugnancia, entusiasmo, etc. | |
Memoria corporal | Secuencias en distintos planos y niveles del cuerpo en el espacio. |
Lo interesante del anterior cuadro es poder establecer puentes de conexión entre lo que en una experiencia física se muestre desde el movimiento, con sus distintos matices y cualidades en relación con las imágenes activas que la paciente este trabajando en su proceso y lo que de allí surge como vivencia transformadora.
De las condiciones reconocidas y observadas en el proceso de las dos mujeres durante este tiempo, hay tres en particular que quiero mencionar y ampliar, estas son: la memoria corporal, la exploración y las narrativas corporales En éstas han emergido contenidos significativos que hemos podido traer a la consciencia en la verbalización. Cabe mencionar que esta práctica además de tomar unos rumbos inesperados requiere un sentido del yo seguro y firme para evitar un estado de desintegración psíquica. No significa que en algún momento en una experiencia no se puedan transitar experiencias de disolución o de expansión de la consciencia, pero teniendo cuidado y contención al participante.
La memoria corporal, la exploración y las narrativas corporales.
La memoria corporal hace referencia a todas las huellas mnémicas registradas en nuestras historias de vida, dado que nuestra experiencia de vida está sujeta a un cuerpo material físico, esas huellas quedan en nuestro cuerpo, músculos, fascias y también en nuestros registros energéticos y sutiles.
A lo largo de una vida son muchas las experiencias que pudimos haber vivido y que han quedado registradas como experiencias positivas o negativas, otras además quedaron como experiencias traumáticas. Generalmente las experiencias más fuertes y traumáticas, como están en un nivel mucho más profundo e inconsciente, deben tratarse con prácticas que vayan a ese mismo nivel de profundidad. En esta práctica, se parte de la concepción de que el cuerpo mismo es inconsciente, por tanto, es el mejor instrumento, que contiene tanto la enfermedad como la cura, para sanarse. Estoy convencida de que las prácticas sanadoras como el Movimiento Auténtico, el tai-chi, el chi-kung, el yoga, y las danzas, entre otras, son prácticas que bien conducidas y realizadas en continuidad entregan unos códigos arquetípicos de información al cuerpo que van quedando como huellas e improntas y a su vez se convierten en fortalezas y en recursos para restablecer el equilibrio entre los distintos cuerpos sutiles de la persona.
En particular en el proceso presentado aquí, han emergido vivencias fundamentales de los primeros 7 años de vida referidas al vinculo materno filial, y experiencias en torno al ingreso simbólico del cuerpo en la cultura que han podido expresarse asertivamente y disolverse no sólo desde el mismo movimiento sino desde el campo arquetípico y emocional, permitiendo que en ellas se abran nuevos recursos para expresar y resignificar sus experiencias.
La exploración: El movimiento auténtico, tiene un nivel de exploración espontánea, donde el participante se deja llevar por un impulso de movimiento y este a veces toma distintos cauces de expresión, que puede, en el mejor de los casos, recurrir a liberar asuntos de orden emocional o físico que se encontraban ocultos. Lo que significa también que la exploración es una especie de brújula que va guiando al participante al autodescubrimiento de sus propios tesoros ocultos.
A su vez, la exploración libre del cuerpo, va naturalmente expresando una serie de movimientos que el participante hace y repite, tantas veces como sea necesario, como una manera de movilización de una energía que se halla encapsulada, o más bien, la repetición nos está dando pistas de algo que pasa allí, y es importante seguirla, la exploración también nos va posibilitando en la práctica, observar los recursos utilizados por el participante e ir dando nuevas informaciones al cuerpo, de esos pequeños descubrimientos, (he encontrado que a veces los impedimentos están más del lado de la mente, que del cuerpo, por ejemplo, creer que se es rígida cuando el cuerpo mismo hace unos movimientos bastante amplios, abiertos, expansivos). Aquí lo importante es que la persona se dé cuenta por sí misma de que su cuerpo si responde y lo pueda nombrar.
En muchas formas terapéuticas se habla de la necesidad de ver con otros ojos, las situaciones para hallar el sentido y encontrar la sanación. La exploración ha permitido hallar una condición genuina, simple, inocente de ver con mayor aceptación y amor las vivencias y atravesarlas desde ahí.
Las narrativas corporales: serían aquellos elementos que surgen de la memoria del cuerpo, y las exploraciones de este, convertidas en movimientos, que, a su vez, son similares a un relato, donde se expresan emociones y se cuentan historias o se develan gestos o anhelos. Al observarse parecen tomar un rumbo parecido a una frase completa, una microhistoria, una escenificación o un paisaje delator de varios aspectos significativos para el participante. A veces se incorpora un gesto, una emoción y toma cuerpo.
Ocurre la narrativa cuando el movimiento está muy acompasado coherentemente de una emoción, y refleja al testigo y al mismo tiempo deja en el movedor la sensación de que algo está tomando forma -quizá no necesariamente, haya que traducirlo literalmente en palabras, pero podría tenerse en cuenta para su comprensión, siempre dejándolo en el territorio de las posibilidades- (quitarse de encima algo con firmeza, abrirse camino entre, en medio de la oscuridad, acunarse paciente y amorosamente, etc) sin que necesariamente parezca literal el movimiento.
Hay otros movimientos que han emergido en la exploración, como girar y girar, el mismo giro de por sí, podría prestarse a múltiples lecturas, pero en este caso, buscamos que la sensación del giro se aclare en la participante y en los testigos como vivencia perceptiva, uno tiende en general a leerlo, por ejemplo, uno podría decir del giro que se parece a una reminiscencia de la niñez en libertad, y también de meditación o conexión con el propio eje, girar anclado en su propio eje y a la vez volverse un haz luminoso e irradiante. O también otros movimientos como mantenerse fija e inmóvil durante toda la experiencia como una manera de anclarse o echar raíces en la tierra, sin embargo, vuelvo y repito dejamos que esas imágenes nos lleguen de una manera más abarcante a todas las instancias del cuerpo para acunarlas y permitir que fluyan y cobren sentido en nosotros.
La parte expresiva y la verbalización
Una parte importante de esta práctica se asocia a la comprensión terapéutica es la lectura simbólica y la relación con las imágenes que se nos presentan en el proceso. Tener una actitud de relación con los pensamientos, los recuerdos, los sueños, las imágenes, las ensoñaciones, los presentimientos, las intuiciones, los colores, las texturas, las fantasías, que se nos presenten en una determinada experiencia de movimiento auténtico y simplemente detenernos a observarlas, dejarlas que vengan y en lo posible registrarlas con la palabra escrita, con el dibujo, con una sensación, con un estado corporal. En la medida que podemos tener registros de esos estados es que luego podremos nombrarlos e ir configurando sentidos, de lo que nos va pasando, de lo que el otro nos muestra y de lo que colectivamente se activa en el campo arquetipal.
A continuación, comparto algunos de los ejercicios expresivos y creativos surgidos en las sesiones, los cuales fueron elegidos por las participantes, en los que van acompañados de algunas reflexiones escritas por ellas. Lo que encontramos allí es un tejido cargado de sentido, sensibilidad, y expresión que ha abierto potencialidades ocultas de las participantes y/o en las que han podido reconocer aspectos que ya poseían y que necesitaban salir a la luz.[14]
Participante A movedora y testigo de sí misma:
“Le he seguido el rastro al color…
En este proceso que he vivido al aproximarme a la Imaginación Activa en Movimiento, he podido hacer un seguimiento al color morado o púrpura, el cual aparece repetidamente y se transforma en las imágenes que comparto con ustedes. Desde siempre y en mis recuerdos más antiguos, también está presente. Siento que silenciosamente y en colores la intuición me hablaba.
IMAGEN 1
Inicio. Danza. Mi ritmo, lento. Mi cuerpo. Mi movimiento. Mi silencio. Silencio. Escucharme. Seguir mis intuiciones.
IMAGEN 2
Luces que se transforman en flores.
IMAGEN 3
Ella es, está y será
IMAGEN 4
Yo. Reconocimiento. Fortaleza. Trabajo (Lucha). Mi espacio. Mi yo.”
IMAGEN 5
Participante B movedora y testigo de sí misma:
“¿Qué ha significado para mí la experiencia de Imaginación Activa en Movimiento?…
Inicie esta búsqueda con la necesidad de encontrar estabilidad, seguridad, centro, lo cual era importante ya no hacerlo a través del pensamiento y lenguaje, desde mi hacer, sino a través de mi propio cuerpo, que reflejaba mis rigideces y bloqueos.
Inicié la aventura de Imaginación activa y me encontré con dos expresiones que me sorprendieron y ayudaron a lograrlo:
- “Movimiento autentico, genuino”: Movimiento no racional, no programado. Si libre, espontáneo, natural, simple, con alas, con conexión profunda, con alma. Era permitirme indagar en los espacios desconocidos e inexplorados de mi cuerpo, de mi alma. Reconocer mis rigideces, flexibilizarlas, moverlas, estirarlas.
- “Observación como testigo”: Contemplar en silencio, sin juzgar, calificar, interpretar, con objetividad, aceptación y reverencia, unida a una gran sensibilidad. Lo más significativo y dificultoso, era expresar mi percepción y sentir, generado por el movedor (Un compañero) como propio.
Actualmente y después de tener la practica por varios años (tres años largos) esta experiencia me ha permitido, ir encontrando mi lugar como mujer, esposa, madre, hija, hermana, amiga… Un lugar que no es externo, un lugar interno donde me reconozco, me observo, me permito… me abrazo, me atiendo, animo, estimulo, acepto, exijo…me respeto.
IMAGEN 1:
¡La Capsula!
Mi alma es como una capsula,
Un huevo con fisuras,
que quiera abrirse,
emerger en un nuevo nacimiento,
de un ser con una nueva noción física, emocional,
más real, más genuina.
Mi ser es una capsula donde me refugio,
En silencio, acompañada de los latidos de mi corazón.
IMAGEN 2: El Centro
¿Qué es el centro para mí?
Es la observación como testigo.
Es ver más allá, escuchar más allá,
Percibir más allá…
Es una invitación a fijarme, concentrarme,
inmovilizarme exteriormente,
para generar una apertura interior.
Aunque estemos inmersos en torbellinos
De pensamientos incontrolados, es permanecer en:
Silencio, presencia, detención…
arraigo en una mirada serena…
En una intención clara, estable, desapasionada.
Es activar el núcleo que recibe las percepciones
Y del que solo surge un aliento de vida: Inspiración y expiración.
IMAGEN 3
CONTACTO 1:
Reconocimiento de mi alma,
Adentrarme en el subsuelo
En sus misterios, enigmas…
preguntas irresolutas.
Sus espesas oscuridades…
que me sostienen, me apoyan,
hacen parte de la esencia que soy,
aunque no lo reconozca mi conciencia.
Oh tierra, tan solo tierra,
¡De noches inmensas!!
CONTACTO 2:
Reconocimiento de mi entorno,
De sus demandas, obligaciones…
Las observo con distancia
para permitirme un espacio para mí!
Para mi ser de mujer,
que equilibre y compense tanto deber ser!
Recibo ese contacto con paciencia,
Suavidad y responsabilidad…
Me encuentro con mujeres como yo, que me soportan,
Me miran, observan, acompañan, completan, me cuidan.
Encuentros que me llenan de vigor, de seguridad;
Confianza de saber y creer en la certeza de mi sentir interior,
donde puedo gestar, crear mundos luminosos, juguetones
escuchando y conectando con la energía y mensajes de los otros.
¡Gracias vida!
¡Gracias Maestras!
¡Gracias a mis espejos, por tanto!”[15]
El panorama actual
Para no concluir, quisiera nombrar algo respecto a la necesidad de educar en la importancia de vivir procesos terapéuticos que integren el cuerpo, la mente, la emoción y el espíritu, espero que este artículo sea un aporte a ello, en un momento en donde muy pocas personas realmente se atreven a profundizar en sus imágenes psíquicas, este trabajo invita a destilar y conjugar ante todo el modo en cómo nos relacionamos con las imágenes (provengan de dónde provengan) y esto que comprensiones nos permite hacer consigo mismos y con los otros.
Se hace pertinente este trabajo, ante la alarmante forma en que somos bombardeados por las imágenes en las redes, como diría María Acaso, ante la hiper-estetificación de la imagen, ante la imposibilidad de hacer digestión a lo que vemos y consumimos desaforadamente en esta era visual y virtual, se hace pertinente, por tanto, volver a aquellos lugares en nuestro interior, hacer un lugar de vacío y espera, de re-imaginación, y de re-descubrimiento, de escucharnos, para saber de nosotros, y que es lo que se nos moviliza y quizá así podamos restablecer un modo de relación más saludable con aquellas cosas que se activan en nosotros verdaderamente, y podamos retomar como diría Jung el hilo de nuestro mito interior, nuestro llamado del alma.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Sharp, Daryl. 1994. Lexicon Jungiano. Compendio de términos y conceptos de la psicología de Carl Gustav Jung. Editorial CUATRO VIENTOS. Chile.
Campbell, Joseph. 2002. Las extensiones interiores del espacio exterior. Ediciones Atalanta. España.
Fernández, Eliana. 2013. El cuerpo en la psicología analítica. Revista Katharsis. Número 16 julio-diciembre.
Pallaro, Patrizia. 1999. Authentic Movement. Essays by Mary Stark Whitehouse, Janet Alder and Joan Chodorow. Edit. Jessica Kinsley.
NOTAS DE PIE DE PÁGINA
[1] Psicóloga de orientación junguiana, Magister en Artes y Docente catedrática Universidad de Antioquía.
[2] Asociación para el desarrollo de la Psicología Analítica de Colombia. De quien fui miembro desde el año 2007 hasta su disolución en el año 2019.
[3] IAAP International Association for Analytical Psychology
[4] http://revistas.iue.edu.co/revistasiue/index.php/katharsis/article/view/465/785
[5] Para mayor ampliación del concepto Psicoide leer el artículo de la revista.
[6] Con Margarita Méndez y posteriormente con Inés de la Ossa.
[7] Trabajo de grado para optar por el título de Magister en Artes. Universidad de Antioquia. Facultad de Artes. Medellín 2017.
[8] Ver entrevista a Lorena Rios: https://www.youtube.com/watch?v=ToUSNqsiyRY
[9] Agradezco a ellas por su valentía, paciencia, persistencia y confianza depositada en este espacio terapéutico y sanador.
[10] Según el lexicón junguiano, de Daryl Sharp este fenómeno de proyección describe el lazo emocional inconsciente que surge en el paciente con relación al analista. (…) Una transferencia puede ser positiva o negativa; la primera se caracteriza por sentimientos de afecto y respecto, y la segunda por hostilidad y resistencia. Pág. 204.
[11] Según el lexicón junguiano, se refiere a un caso particular de proyección que describe la respuesta emocional inconsciente del analista al paciente en una relación terapéutica. (…) este estado de identidad inconsciente es la razón por la cual el analista puede ayudar a su paciente sólo hasta donde él mismo ha llegado. Pág. 54.
[12] El Self o sí mismo va a ser para Jung el arquetipo de la totalidad el fundamento del proceso de autoconocimiento y del proceso de individuación.
[13] El ego en la psicología analítica es equivalente al yo. Hay que recordar que éste tiene una parte consciente y una parte inconsciente.
[14] Es importante aclarar que el proceso sigue en curso, por lo que en este texto no centre mi atención en develar específicamente los asuntos más íntimos de las participantes sino en mostrar algunos aspectos significativos de la experiencia.
[15] Participante del proceso y su reflexión frente a su proceso.
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