RUTH MENDOZA
Ruth Mendoza es Psicóloga egresada de Universidad Católica Andrés Bello, Post grado en Psicología Hospital Militar Dr Carlos Arvelo de Caracas, Analista Junguiana, miembro de SVAJ, SCAJ, IAAP. Ex docente en Post grado de Psicología Clínica, Pregrado en UCAB en Escuelas de Psicología y Educación, y en la UNIMET. La siguiente es la ponencia que la autora presentó en el VIII Congreso Latinoamericano de Psicología Junguiana, realizado del 11 al 14 de julio de 2018, en la ciudad de Bogotá, Colombia. Su publicación fue autorizada por la autora.
“Venimos de la noche y hacia la noche vamos,
Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,
Donde vive el almendro, el niño y el leopardo
Atrás quedan los días, con lagos, nieves y renos…
Atrás quedan las tumbas al pie de los cipreses
Atrás queda la angustia con espejos celestes…”
Mi padre el Inmigrante,
Vicente Gerbasi
El tema a tratar en este Congreso Latinoamericano, el cual se centra alrededor de nuestra identidad, luces y sombras me trae a la reflexión inmediatamente sobre el origen de este concepto de identidad. El mismo tiene que ver con nuestras raíces, nuestros arraigos, aquello que nos hace únicos y también especiales. Es esa manera de pensar y sentir que conlleva profundamente años de historia, mestizaje culminando en una manera muy particular de mostrarnos a nosotros mismos y al mundo. Con toda la carga de luz y sombra que tal concepto entraña.
Deseo enfocar este concepto de identidad desde la perspectiva del fenómeno migratorio. El mismo ha sido tratado ampliamente desde distintos puntos de vista, donde abundan recomendaciones para aquel quien decide dar el gran paso, es decir sobre un elemento o personaje del fenómeno en cuestión.
Encuentro sin embargo que existe otra mirada del mismo, no es una sola persona la que está involucrada en el proceso, sino tres: el que emigra, quien se queda y el que lo recibe, o receptor. Todos de alguna manera están interrelacionados y envueltos en una profunda transformación, compatibles con aspectos de la Alquimia, siendo este aspecto el segundo elemento del presente análisis. Ahora bien si la identidad tiene que ver con lo Colectivo, la Alquimia por su lado entraña el proceso de Individuación, así la materia prima que inicia el viaje nunca será la misma, sin saber qué destino o forma tendrá al finalizar el trayecto, lo que si es cierto es que se llevará a cabo una profunda transformación sin tener a ciencia cierta la convicción de que finalizar sea el criterio más apropiado, ya que este viaje puede resultar de alguna manera sin final propiamente dicho, ya que es un continuum de procesos.
Quiero comenzar con quien se queda, le toca despedir, augurar favorable y auspicioso destino a quien ha tomado la difícil decisión de dejar su país. Es una mezcla de alivio, desazón y vulnerabilidad a la cual quedará expuesto invariablemente. Alivio, porque de alguna manera el que logra partir queda a salvo de las fauces de la bestia que lo devora poco a poco; desazón pues de inmediato surge el vacío y la angustia de quedarse a merced de todo aquello que el otro deja atrás, y esto indefectiblemente lo lleva a la vulnerabilidad. Quien recibe (el receptor) puede enfrentar una serie de emociones desde la expectativa de conocer aquello que puede resultar novedoso, interesante, pero igualmente invasivo e intimidante. Una suerte de huésped no invitado.
Para quien parte, éste debe enfrentarse a lo desconocido, lleno de expectativas, pero resulta en definitiva igualmente amenazante. Debe morir para volver a crear(se) con ingredientes novedosos y de diferente complejidad a la suya. Están presentes elementos de duelo, ambivalencia, nostalgia. Es un acto sumamente complejo, el cual implica numerosas pérdidas, puede en ocasiones desencadenar en trauma, la vivencia de orfandad es muy común en los testimonios de inmigrantes.
A continuación deseo enfocar dichos procesos expuestos anteriormente desde la perspectiva de la Alquimia. Etimológicamente la palabra procede del árabe al-kimia, ésta última significa “echar juntos ,“verter juntos”, “soldar”, «alear” También de khumatos que significa “lo que se vierte”, “lingote”,” oro”. Con la etimología del concepto viene de inmediato a colación mi reflexión inicial, donde los tres agentes del proceso migratorio están intrínsecamente relacionados, y entrarán en aquello que Jung denominó el proceso de transformación: desde el inconsciente (prima materia) a la consciencia. Desde el momento en que se toma la decisión de emigrar, una gota de mercurio cae en la psique del individuo y comienza un proceso interior el cual irá desencadenando una serie de eventos que llevará a los otros elementos circundantes a iniciar igualmente su proceso.
El fuego es el combustible de la obra Alquímica, una vez encendido, acompaña el camino hasta el final. Es Hermes ,dios del casco alado, quien nos imprime fuerza y movilidad frente a las múltiples exigencias que requiere el acto de emigrar. El autor de la obra “Libro de la Santísima Trinidad” el cual data de 1415, presenta una cuádruple vertiente de la naturaleza de Hermes: natural, sobrenatural, divina y humana. El representa esa fuerza misteriosa que se corresponde a la fuerza motriz del fuego, con la ayuda de éste se destila la esencia, que sufrirá sus transformaciones.
El más antiguo texto griego de Alquimia que se conoce con el título de “Physica Kai Mystica» (De las cosas naturales y de las cosas ocultas) distingue las cuatro fases en el Opus Magnum según los cuatro colores que toma: Nigredo, Albedo, Citrinitas, y Rubedo. Esta división ha sobrevivido con ligeras modificaciones a toda la historia de la Alquimia. Más tarde aparecieron otras subdivisiones en la “astronomía inferior” como algunos llaman a la Alquimia, las cuales derivaban del número de metales planetarios o los 12 signos del zodíaco. En cada peldaño de la escalera Alquímica de la transformación, la psique experimenta cambios. Desde esta perspectiva, podría verse como una purificación más profunda, seguida de la unión con el fuego de cada peldaño (boda alquímica), del nacimiento de una cualidad nueva y de la muerte de la misma, para poder seguir adelante con el escalón siguiente. Como anteriormente señalé, una vez que se toma la decisión de emigrar, una serie de eventos intrapsíquicos se desencadenan, dando paso a múltiples transformaciones. Ya nunca seremos los mismos.
A continuación desarrollaré los cuatro pasos anteriormente mencionados:
1-Nigredo, el Ennegrecimiento (Putrefactio), en este primer peldaño, el fuego es lento y suave, purifica al hombre de sus partes terrenas. A este nivel la psique tiene que penetrar en lo oscuro, en lo caótico del inconsciente, que no es otra cosa que afrontar su sombra y empezar a tomarla en cuenta. En la escalada de peldaños el fuego será cada vez más fuerte: aparecerán toda suerte de emociones como la ira, miedo, tristeza, etc., y se les tendrá que enfrentar con paciencia y humildad.
Enfrentar el desarraigo, nuevos vínculos, tratar de construir en medio del duelo, entender los nuevos códigos del país que nos recibe, nos enfrentan definitivamente con esta primera etapa. Para el que se queda igualmente, debe construir una nueva realidad a partir de la ausencia, y de alguna manera, debe enfrentar igualmente nuevas maneras de vincularse y por qué no, nuevos códigos de relación. El receptor se encuentra sometido a una novedad no solicitada, contactándolo al igual que los anteriormente señalados con sus aspectos más sombríos. Debe reajustarse a aquel que puede percibirse como intruso viniendo a romper su equilibrio. Lo conocido y familiar ya no es tal, el reajuste, si se quiere es imperativo, generando en ocasiones, rabia, desconfianza, rechazo, maltrato en sus múltiples formas. Aquí Hermes en su aspecto de Psicopompo, es el que nos guía a través de las regiones del submundo, de los infiernos.
2-Albedo, el blanqueamiento: llamado también el “Escalón de la Luna”, esta etapa corresponde a lo que Jung denomina una retirada del mundo exterior, se asocia con la metáfora del vapor que emana cuando el agua está hirviendo, sinónimo de la esencia que surge al elevarse. Así la psique se manifiesta en el saber de quién es uno realmente y entra al profundo conocimiento de su propia identidad, recorriendo el proceso de transformación interior.
De esta manera el que se encuentra en otras tierras comienza a vislumbrar lo que algunos textos alquímicos denominan el momento cuando el alma se hace consciente de sí misma, reconociendo con la ayuda de la luz que se refleja, simbolizada por la Luna, su propia naturaleza solar, recorriendo su propio proceso de transformación interior. No es otra cosa que lo que mencioné al comienzo del texto, el reconocerse y reencontrarse en medio de lo que inicialmente resultó abrumador y desconocido. Construir nuevos códigos y sistemas de vincularse luego de pasar por lo caótico y oscuro de la primera etapa. El que se queda, comienza a reconocerse nuevo, en lo ya conocido. Como señala Jung en el Libro Rojo, hacer lo nuevo a partir de lo viejo. Para el receptor puede significar verse reflejado en ese resplandor lunar, como alguien nuevo, diferente. Ya no sólo el otro es diferente a mí, sino que me descubro como diferente a partir de aquel que me resulta extraño, pero también existe la posibilidad de que tengamos puntos en común. Pareciera que se asoma la reconciliación con el intruso.
3- Citrinitas, el Amarillamiento: en esta etapa la luz de la Luna debe morir para dar paso a la luz solar, a la Consciencia. Trae consigo la fuerza creadora, en su propia naturaleza, es el poder penetrante y generador de lo novedoso y único, así la luz de la Luna debe morir para que la luz del sol, la Consciencia se pueda percibir. Se encuentra así paralelo con Hermes como inteligencia creadora. Tanto para el que emigra, como para quien se queda, y para el receptor es el momento donde la fuerza creativa toma forma y se constelaban nuevas e ingeniosas maneras de enfrentar los retos, cambios y exigencias. Es lo que la literatura que trata el tema ha llamado reinventarse, dando paso así a nuevas formas hasta ahora desconocidas para el alma. Esto trae consigo aires de reconciliación con el entorno, con uno mismo, además de genuina aceptación.
4- Rubedo, el Enrojecimiento: si bien esta etapa pareciera compartir elementos con la anterior, pues en la Consciencia se despierta el deseo de dar a luz a lo novedoso, encarar lo nuevo de otra manera, se diferencia ya que, para alcanzar este peldaño se requiere de un quantum de fuego que quema tanto como una fusión. Originándose así la verdadera transformación integral y la unión de materia-espíritu. Hermes aquí se nos aparece en su aspecto más superior como mago que une los opuestos. La siguiente cita del Libro Rojo considero expresa muy acertadamente este peldaño: “Pues sabemos que ir demasiado lejos en lo bueno significa al mismo tiempo ir demasiado lejos en lo malo” (Liber Secundus, cap xxi, El Mago). En quien emigra veo el equilibrio entre Hermes y Hestia, siendo esta ultima la diosa del calor del hogar, el arraigo, lo estable, frente a la movilidad y rapidez de adaptación que nos imprime Hermes. En el receptor y quien se queda, veo la posibilidad de vivir íntegramente el cambio que significó la partida, o llegada del primer elemento del presente análisis.
Está claro que este proceso se dará de manera diferente en cada quien; no es nada estático, y no significa que se pasará por cada una de las etapas. En muchos se dará el estancamiento con las esperadas consecuencias del mismo, mientras que en otros podrá darse una movilización que los podrá llevar con rapidez a ese último estadio para recomenzar nuevamente otro proceso, en la búsqueda de la Individuación.
Para finalizar quiero concluir con otra cita del Libro Rojo de Jung
“Lleno de enigmas están los regalos de la oscuridad. Quien pueda avanzar en los enigmas, para ése hay un camino abierto. Sométete a los enigmas y a lo absolutamente inconcebible. Hay puentes vertiginosos sobre abismos eternamente profundos. Pero sigue los enigmas” (Liber Secundus, cap xix, El Don de la Magia)
Para los que alguna vez nos quedamos, alguna vez recibimos, y otras emigramos, mi invitación es a seguir los enigmas, allí donde están los regalos de la oscuridad, solo así hallaremos nuestra propio camino hacia la individuación…
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