Boletin 19- Diciembre 15 de 2006

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Lexicón Jungiano
Parte II
I
Compendio de términos y conceptos
de la psicología de Carl Gustav Jung

Daryl Sharp

Daryl Sharp es analista canadiense, graduado del Instituto C. G. de Zurich, estrecho colaboirador y discípulo de Marie-Louise von Franz. Autor de varios libros entre los que se encuentran, además del que comernzamos a publicar, Querida Gladis: análisis junguiano de una crisis de la edad mediana, Tipos Psicológicos Junguianos, y ¿Quién soy yo realmente?, todos editados en Santiago de Chile por Cuatro Vientos Editorial.

(Continuación)

Arquetipo. Elementos estructurales y primordiales de la psique humana. (Véase también imagen arquetípica e instinto).

Los arquetipos son sistemas de aptitud para la acción y, al mismo tiempo, imágenes y emociones. Se heredan con la estructura cerebral -en verdad, son su aspecto psíquico. Por un lado, representan un conservatismo instintivo muy fuerte, y por otro, constituyen el medio más eficaz concebible para la adaptación instintiva. Así que son, esencialmente, la parte infernal de la psique... aquella parte a través de la cual la psique se une a la naturaleza. ("Mind and Earth" -Mente y tierra-, CW 10. pár. 53).

No se... trata de ideas heredadas, sino de posibilidades de ideas heredadas. Tampoco son adquisiciones individuales sino, principalmente, comunes a todos, como puede deducirse de [su] presencia universal ( "Concerning the Archetypes and the Anima Concept", CW 9i, pár. 136).

Los arquetipos no pueden ser representados en sí mismos, pero sus efectos son discernibles en imágenes y motivos arquetípicos.

Los arquetipos... se presentan como ideas e imágenes, al igual que todo lo que se convierte en contenido consciente ( "On the Nature of the Psyche" -Sobre la naturaleza de la psique-, CW 8, pár. 435).

Los arquetipos son, por definición, factores y motivos que ordenan los elementos psíquicos en ciertas imágenes, caracterizadas como arquetípicas, pero de tal forma que sólo se pueden reconocer por los efectos que producen. ("A Psychological Approach to the Trinity", CW 11, pár. 222, nota 2).

Jung también describió los arquetipos como "imágenes instintivas", las formas que adoptan los instintos. El ilustró esto usando el símil del espectro.

El dinamismo del instinto se aloja, por así decirlo, en la parte infrarroja del espectro, mientras que la imagen instintiva reside en la parte ultravioleta... La comprensión y asimilación del instinto nunca ocurre en la parte roja, es decir, por absorción de la esfera instintiva, sino sólo a través de la integración de la imagen que significa y al mismo tiempo evoca el instinto, aunque en una forma bastante diferente de la que se da a nivel biológico ("On the Nature of the Psyche". CW 8, pár. 414)

INSTINTOS
infrarrojos
<------------->
ARQUETIPOS ultravioletas
(Fisiológicos: síntomas físicos,
 
(Psicológicos: espíritu, sueños, percepciones instintivas, etc.) conceptos, imágenes, fantasías, etc.)
Psicológicamente... el arquetipo como imagen del instinto es una meta espiritual buscada por toda la naturaleza del hombre; es el mar hacia el cual se encaminan todos los ríos, el premio que el héroe extrae de su lucha con el dragón (Ibid., pár. 415).

Los arquetipos se manifiestan a nivel personal (a través de los complejos) y a nivel colectivo (como características de todas las culturas). Jung pensaba que la tarea de cada generación es comprender en forma diferente su contenido y efectos.

No podemos liberarnos legítimamente de nuestras bases arquetípicas a menos que estemos dispuestos a pagar el precio de una neurosis, tal como no podemos deshacernos de nuestro cuerpo y sus órganos sin cometer suicidio. Si no podemos negar los arquetipos o neutralizarlos de otro modo, nos vemos enfrentados, en cada nueva etapa de diferenciación de la conciencia a la cual aspira la civilización, a la tarea de encontrar una nueva interpretación apropiada para esa etapa, a fin de conectar la vida del pasado que aún existe en nosotros con la vida del presente que amenaza con escaparse ("The Psychology of the Child Archetype" -Psicología del arquetipo del niño-, CW 9i, pár. 267).

 

Asimilación. Proceso de integrar en la conciencia objetos externos (personas, cosas, ideas, valores) y contenidos inconscientes.

La asimilación es la aproximación de un nuevo contenido de la conciencia a un material subjetivo ya constelado... Fundamentalmente, es un proceso de apercepción, pero se distingue de la apercepción por este elemento de aproximación al material subjetivo...

Uso el término asimilación... como la aproximación del objeto al sujeto en general, y lo contrasto con disimilación, es decir, la aproximación del sujeto al objeto y consiguiente alienación del sujeto en favor del objeto, ya sea un objeto externo o "psicológico", por ejemplo una idea ("Definitions", CW 6, párs. 685f).

 

Asociación. Flujo espontáneo de pensamientos e imágenes interconectados alrededor de una idea específica, a menudo determinada por conexiones inconscientes. (Véase también Experimento de Asociación de Palabras).

Las asociaciones personales de imágenes en los sueños, junto con la amplificación, constituyen un importante paso inicial para su interpretación.

 

Autónomo. Independiente de la voluntad consciente, se asocia en general con la naturaleza del inconsciente y en particular con complejos activados.

Autorregulación de la psique. Concepto basado en la relación compensatoria entre la conciencia y el inconsciente. (Véase también adaptación, compensación, función trascendente, neurosis y opuestos).

La psique no sólo reacciona, también da su propia respuesta específica a las influencias que actúan sobre ella ("Some Crucial Points in Psychoanalysis". CW 4, pár. 665).

El proceso de autorregulación funciona todo el tiempo dentro de la psique. Sólo se hace notar cuando la conciencia del ego tiene alguna dificultad especial para adaptarse a la realidad externa o interna. Esto a menudo constituye el comienzo de un proceso, que puede conducir a la individuación, de acuerdo a los puntos expuestos en el siguiente cuadro.

La Autorregulación de la Psique

  1. Dificultad de adaptación. Escasa progresión de la libido.
  2. Regresión de la energía (depresión, falta de energía disponible).
  3. Activación de contenidos inconscientes (fantasías, complejos, imágenes arquetípicas, función inferior, actitud opuesta, sombra, ánima/ánimus, etc.). Compensación.
  4. Síntomas de neurosis (confusión, miedo, angustia, culpa, mal humor, reacción emocional extrema, etc.).
  5. Conflicto inconsciente o parcialmente consciente entre el ego y los contenidos activados en el inconsciente. Tensión interna. Reacciones defensivas.
  6. Activación de la función trascendente, incluyendo al Sí mismo y las pautas arquetípicas de totalidad.
  7. Formación de símbolos (numinosidad, sincronicidad).
  8. Transferencia de energía entre los contenidos inconscientes y la conciencia. Expansión del ego, progresión de la energía.
  9. Asimilación de contenidos inconscientes. Individuación.

La conciencia y el inconsciente rara vez concuerdan en cuanto a sus contenidos y tendencias. Las actividades autorreguladoras de la psique, evidentes en sueños, fantasías
y experiencias sincronísticas, intentan corregir cualquier desequilibrio significativo. Según Jung, esto es necesario por varias razones:

(1) La conciencia posee un umbral de intensidad al cual deben haber llegado sus contenidos, de modo que todos los elementos demasiado débiles permanezcan en el inconsciente.
(2) La conciencia, debido a sus funciones dirigidas, ejerce una inhibición (que Freud llama censura) sobre todo el material incompatible, hundiéndolo en el inconsciente.
(3) La conciencia constituye el proceso momentáneo de adaptación, mientras que el inconsciente contiene no sólo todo el material olvidado del pasado del individuo, sino también todos los rasgos de conducta heredados que forman la estructura de la mente [es decir, arquetipos].
(4) El inconsciente contiene todas las combinaciones de la fantasía que aún no han llegado al umbral de intensidad, pero que en el transcurso del tiempo y bajo condiciones adecuadas entrarán a la luz de la conciencia ("The Trascendent Function", CW 8, pár. 132).

 

Axioma de María. Principio de alquimia: "Uno se convierte en dos, dos en tres, y del tercero sale uno como el cuarto".

Jung usó el axioma de María como una metáfora para todo el proceso de individuación. Uno es el estado original de totalidad inconsciente; dos significa el conflicto entre los opuestos; tres indica una resolución potencial; el tercero es la función trascendente; y uno como el cuarto es un estado transformado de conciencia, relativamente entero y en paz.

 

Causal. Enfoque que interpreta los fenómenos psíquicos basándose en la causa y el efecto. (Véase también final y reductivo).

 

Circumambulación. Término usado para describir la interpretación de una imagen reflexionando sobre ella desde diferentes puntos de vista.

La diferencia entre la circumambulación y la asociación libre es que la primera es circular, no lineal. La asociación libre se aleja de la imagen original, mientras la circumambulación permanece cerca de ella.

 

Colectivo. Contenidos psíquicos que no pertenecen a un individuo, sino a una sociedad, a un pueblo o a la raza humana en general. (Véase también inconsciente colectivo, individuación y persona).

La personalidad consciente es un segmento más o menos arbitrario de la psique colectiva. Consiste en una suma de factores psíquicos que se consideran personales ("The Persona as a Segment of the Collective Psyche" -La persona como segmento de la psique colectiva-, CW 7, pár. 244).

La identificación con lo colectivo y la separación voluntaria de él son igualmente sinónimos de enfermedad ("The Structure of the Unconscious" -La estructura del inconsciente-, ibid., pár. 485).

Una cualidad colectiva se adhiere no sólo a elementos o contenidos psíquicos particulares, sino a todas las funciones psicológicas.

Por eso, la función de pensamiento como un todo puede tener una cualidad colectiva cuando posee validez general y se adecúa a las leyes de la lógica. Asimismo, la función de sentimiento como un todo puede ser colectiva cuando es idéntica al sentimiento general y se adecúa a las expectativas generales, a la conciencia moral general, etc. Del mismo modo, la sensación y la intuición son colectivas cuando a la vez son características de un grupo grande ("Detinitions", CW 6, pár. 692).

 

Compensación. Proceso natural que busca establecer o mantener el equilibrio dentro de la psique. (Véase también autorregulación de la psique, imaginación activa, neurosis y sueños).

La actividad de la conciencia es selectiva. La selección requiere dirección. Pero la dirección requiere la exclusión de todo lo irrelevante. Esto inevitablemente hará que la orientación consciente pase a ser unilateral. Los contenidos excluidos e inhibidos por la dirección elegida se hunden en el inconsciente, donde forman un contrapeso para la orientación consciente. El fortalecimiento de esta contraposición va a la par con el aumento de la unilateralidad consciente hasta que finalmente... los contenidos inconscientes reprimidos hacen su aparición en forma de sueños e imágenes espontáneas... Por regla general, la compensación inconsciente no se opone a la conciencia, sino que más bien equilibra o complementa la orientación consciente. En los sueños, por ejemplo, el inconsciente suministra todos aquellos contenidos constelados por la situación consciente, pero inhibidos por la selección consciente, aunque sería indispensable conocerlos para lograr una completa adaptación (Ibid., pár. 694).

En la neurosis, donde la conciencia es extremadamente unilateral, el objetivo de la terapia analítica es la percepción y asimilación de los contenidos inconscientes para restablecer la compensación. A menudo esto se logra prestando mucha atención a los sueños, emociones y patrones de conducta, y a través de la imaginación activa.

 

Complejo. Grupo de ideas o imágenes emocionalmente intensas. (Véase también Experimento de Asociación de Palabras).

[Un complejo] es la imagen de cierta situación psíquica que tiene un fuerte acento emocional y que además es incompatible con la actitud habitual de la conciencia ("A Review of the Complex Theory" -Revisión de la teoría de los complejos-, CW 8, pár. 201).

La via regia al inconsciente... no es el sueño, como pensó [Freud], sino el complejo, arquitecto de los sueños y de los síntomas. Esta via tampoco es tan "real", ya que el camino señalado por el complejo es más bien un sendero escabroso y extraordinariamente tortuoso (Ibid., pár. 210).

Formalmente, los complejos son "ideas con acento en el sentimiento" que a través de los años se acumulan en torno a ciertos arquetipos, por ejemplo "madre" y "padre". Cuando los complejos se constelan, invariablemente van acompañados de reacciones emocionales. Son siempre relativamente autónomos.

Los complejos interfieren con las intenciones de la voluntad y perturban la actuación consciente; producen alteraciones de la memoria y bloqueos en el flujo de asociaciones; aparecen y desaparecen según sus propias leyes; pueden obsesionar temporalmente a la conciencia o influir de manera inconsciente sobre el lenguaje y la acción. En resumen, los complejos se comportan como seres independientes ("Psychological Factors in Human Behaviour" -Factores psicológicos de conducta humana- (Ibid., pár. 253).

Los complejos son de hecho "astillas de la psique". La etiología de su origen es frecuentemente un trauma, un shock emocional o algo parecido, que provoca una fractura en la psique. Ciertamente, una de las causas más comunes es el conflicto moral, que finalmente deriva de la aparente imposibilidad de afirmar la totalidad de nuestra naturaleza ("A Review ot the Complex Theory", ibid., pár. 204).

Hoy en día, todos saben que las personas "tienen complejos". Lo que no se sabe, a pesar de que teóricamente es mucho más importante, es que los complejos pueden tenernos a nosotros (Ibid., pár. 200).

Jung subrayó que los complejos en sí mismos no son negativos, pero sus efectos a menudo sí lo son. Así como los átomos y las moléculas son los componentes invisibles de los objetos físicos, los complejos son los ladrillos de la psique y el origen de todas las emociones humanas.

Los complejos son puntos focales o nodales de la vida psíquica, de los cuales no podemos prescindir; en efecto, no deben faltar, ya que de otro modo la actividad psíquica llegaría a una paralización fatal ("A Psychological Theory of Types" -Teoría psicológica de los tipos-, CW 6, pár. 925).

Los complejos obviamente representan cierta inferioridad en el más amplio sentido... [pero] tener complejos no indica necesariamente inferioridad. Sólo significa que existe algo discordante, no asimilado y antagónico, que puede ser un obstáculo, pero también un incentivo para esforzarse más y así, quizás, abrir nuevas posibilidades de realización (Ibid., pár. 925).

Es inevitable cierto grado de unilateralidad, y en la misma medida, los complejos también son inevitables ("Psychological Factors in Human ftehaviour", CW 8, pár. 255).

El efecto negativo de un complejo usualmente se experimenta como una distorsión en alguna de las funciones psicológicas (sentimiento, pensamiento, intuición y sensación). Por ejemplo, en lugar de una crítica justa y una respuesta adecuada de sentimiento, se reacciona según lo que el complejo dicta. Mientras no tengamos conciencia de los complejos, estamos expuestos a ser manejados por ellos.

Tener complejos no significa en sí neurosis... y el hecho de que sean dolorosos no es una prueba de alteración patológica. El sufrimiento no es una enfermedad; es el polo opuesto normal de la felicidad. Un complejo se vuelve patológico sólo cuando pensamos que no lo tenemos ("Psychotherapy and a Philosophy of Life" -Psicoterapia y filosofía de vida-, CW 16, pár. 179).

La identificación con un complejo, especialmente con el ánima/ánimus y la sombra, es una fuente frecuente de neurosis. En tales casos, el objetivo de la terapia no es deshacerse de los complejos -un imposible-, sino minimizar sus efectos negativos comprendiendo su rol en los patrones de conducta y en las reacciones emocionales.

Un complejo sólo se puede vencer viviéndolo completamente. En otras palabras, si hemos de evolucionar más, debemos atraer hacia nosotros y beber de una vez lo que hemos mantenido a distancia debido a nuestros complejos ("Psychological Aspects of the Nlother Archetype" -Aspectos psicológicos del arquetipo de la madre-, CW 9i, pár. 184).

 

Complejo de poder. Grupo de ideas emocionalmente intensas asociadas con una actitud que trata de subordinar todas las influencias y experiencias a la supremacía del ego personal.

 

Complejo materno. Grupo de ideas con acento en el sentimiento, asociadas con la experiencia e imagen de la madre.

El complejo materno es un componente potencialmente activo de la psique de todas las personas, formado en primer lugar por la experiencia de la madre personal, luego por contactos significativos con otras mujeres y por suposiciones colectivas. La constelación de un complejo materno produce efectos diferentes según aparezca en un hijo o en una hija.

En el hijo, los efectos típicos son la homosexualidad y el donjuanismo, y a veces la impotencia [aunque aquí también participa el complejo paterno]. En la homosexualidad, la heterosexualidad completa del hijo está ligada en forma inconsciente a la madre; en el donjuanismo, el individuo busca inconscientemente a su madre en cada mujer (Ibid., párs. 162).

El complejo materno de un hombre está influenciado por el complejo contrasexual, el ánima. En la medida en que un hombre establezca una buena relación con su mujer interna (en lugar de ser poseído por ella), incluso un complejo materno negativo puede tener efectos positivos.

[El] puede tener un Eros bien diferenciado en vez de, o además de, la homosexualidad... Esto le da una gran capacidad para la amistad, lo que a menudo crea lazos de asombrosa ternura entre hombres e incluso puede rescatar la amistad entre los sexos del limbo de lo imposible...

De la misma manera, su aspecto negativo, el donjuanismo, puede aparecer en forma positiva como hombría gallarda y decidida; esfuerzos ambiciosos por lograr las metas más altas; oposición a toda estupidez, estrechez de mente, injusticia y flojera; disposición para sacrificarse por lo que se considera correcto, rayando a veces en el heroísmo; perseverancia, inflexibilidad y tenacidad; curiosidad que ni siquiera evade los enigmas del universo; y finalmente, un espíritu revolucionario que lucha por cambiar el aspecto del mundo (Ibid., pár. 164f).

En la hija, el efecto del complejo materno va desde la estimulación del instinto femenino hasta su inhibición. En el primer caso, la preponderancia del instinto hace que la mujer no tenga conciencia de su propia personalidad.

La exageración del lado femenino significa una intensificación de los instintos femeninos, sobre todo del instinto maternal. El aspecto negativo se aprecia en una mujer cuya única meta es dar a luz. Para ella, su esposo es... antes que nada instrumento de procreación y lo considera sólo como un objeto que se debe cuidar, junto con los hijos, relaciones delicadas, gatos, perros y menaje (Ibid., pár. 167).

En el segundo caso, el instinto femenino es inhibido o eliminado por completo.

Como sustituto, aparece un Eros hiperdesarrollado, lo que casi invariablemente conduce a una relación incestuosa inconsciente con el padre. Este Eros intensificado pone un énfasis anormal en la personalidad de los demás. Los celos de la madre y el deseo de superarla se convierten en los leitmotivs de acciones futuras (Ibid, par. 168).

Alternativamente, la inhibición del instinto femenino puede llevar a una mujer a identificarse con su madre. Esto significa que ella no tiene conciencia ni de su propio instinto maternal ni de su Eros, los cuales entonces se proyectan en la madre.

Como una especie de supermujer (admirada involuntariamente por la hija), la madre vive de antemano todo lo que la hija podría vivir por sí misma. Le complace mantenerse fiel a su madre con una desinteresada devoción, mientras al mismo tiempo lucha inconscientemente, casi contra su voluntad, para tiranizarla, naturalmente bajo una máscara de completa lealtad y devoción. La hija lleva una existencia-sombra, a menudo siendo visiblemente succionada por su madre, y prolonga la vida de ésta mediante una especie de continua transfusión de sangre (Ibid., pár. 169).

Debido a su aparente "vacío", estas mujeres son un buen anzuelo para las proyecciones de los hombres. Como esposas devotas y abnegadas, a menudo proyectan en sus maridos sus propios dones inconscientes.

Y entonces nos encontramos con el espectáculo de un hombre totalmente insignificante que pareciera no tener ninguna posibilidad, pero que de pronto se eleva como en una alfombra mágica a las más altas cumbres del éxito (Ibid., pár. 182).

Según Jung, estos tres tipos extremos están unidos por muchas etapas intermedias; la más importante es donde hay una abrumadora resistencia a la madre y a todo lo que ella representa.

Es el ejemplo supremo del complejo materno negativo. El lema de este tipo es: ¡lo que sea, con tal que no se parezca a mi Madre!... Todos los procesos instintivos se encuentran con dificultades inesperadas; o la sexualidad no funciona adecuadamente, no se desea tener hijos, los deberes maternos parecen insoportables o se responde con impaciencia e irritación a las exigencias de la vida conyugal (Ibid. Pár. 170).

Tal mujer a menudo sobresale en las actividades de Logos, donde su madre no tiene cabida. Si logra superar su actitud meramente reactiva frente a la realidad, quizás más adelante llegue a apreciar más profundamente su feminidad.

Gracias a su lucidez, objetividad y masculinidad, una mujer de este tipo frecuentemente se encuentra en cargos importantes en que su cualidad maternal descubierta tardíamente, guiada por una fría inteligencia, ejerce una influencia muy beneficiosa. Esta rara combinación de feminidad y raciocinio masculino es valiosa tanto en el ámbito de las relaciones íntimas como en los asuntos prácticos (Ibid., pár. 186).

En el centro de cualquier complejo materno está el arquetipo de la madre, lo que significa que detrás de las asociaciones emocionales con la madre personal, tanto en hombres como en mujeres, hay una imagen colectiva de sustento y seguridad por una parte (la madre positiva) y de posesividad devoradora por otra (la madre negativa).