PILAR HERNÁNDEZ
Los siguientes segmentos fueron tomados de un documento escrito por la docente Pilar Hernández G., que aparece publicado en la página web de Scribd. Corresponde, según la referencia a la asignatura Psicología Clínica, Orientación Psicodinámica, dictado durante el segundo Semestre de 1998.
NATURALEZA DE LOS SUEÑOS
Para Jung el sueño es la más clara expresión de la mente inconsciente. Constituye «una creación psíquica que, en contraste con los datos habituales de la conciencia, se sitúa por su aspecto, su naturaleza y su sentido, al margen del desarrollo continuo de los hechos conscientes». Esto lo convierte en un camino eficaz para conocer los mecanismos y los contenidos del inconsciente.
Los sueños son, por tanto y paradojalmente, hechos objetivos, no inventados por la mente consciente y, por lo tanto, independientes de las expectativas y deseos del soñante. No se puede influir sobre ellos, lo que los convierte en algo tremendamente valioso, ya que muestran la realidad del soñante tal como es; no como a cualquiera le gustaría que fuera.
Freud y Jung diferían en las interpretaciones de las imágenes oníricas porque tenían concepciones parcialmente distintas del inconsciente, pero concordaban en que los sueño serán generados por actividad inconsciente psíquicamente determinada.
Jung dedujo que hay un proceso subyacente que de manera continua genera sueños y fantasías, de los cuales sólo una pequeña porción llega a la conciencia cognitiva. De aquí que el inconsciente contenga algo más que el material reprimido.
Jung describe poéticamente el sueño como «una pequeña puerta oculta en los recovecos más íntimos y secretos del alma, la cual se abre a esa noche cósmica que era psique mucho antes de haber ninguna conciencia del yo, y que seguirá siendo psique no importa hasta donde se extienda nuestra conciencia del yo… Al racionalismo de nuestra era le cupo explicar el sueño como los residuos del día, como las migajas que caen al mundo crepuscular desde la mesa ricamente cargada de nuestra conciencia. Estas profundidades oscuras no son más que un saco vacío, que no contiene más que lo que cae en él desde arriba… Sería mucho más exacto decir que nuestra conciencia es ese saco, en el cual no hay otra cosa que lo que por azar cayó en él».
Jung formula la hipótesis que todo contenido psíquico (incluidos los sueños) tienen sus raíces en el inconsciente colectivo, que produce material sin cesar. Esta hipótesis se basa en el supuesto de que toda conducta y modos de percibir la experiencia deben hallarse en estado potencial dentro de la persona antes de tornarse reales; dichas potencialidades son los contenidos del inconsciente colectivo.
La idea de Jung que la persona que sueña es totalmente incapaz de controlar el contenido onírico no está firmemente sustentada por los datos existentes.
Tampoco se conoce, con exactitud, el proceso mediante el cual un sueño ingresa a la conciencia.
Jung parecía pensar que «una pequeña parte de la conciencia… permanece con nosotros en estado onírico». Ese remanente se posibilita por la existencia del yo onírico, un «yo limitado y curiosamente distorsionado». Se lo experimenta cuando el sujeto se reconoce a sí mismo en una de las figuras de su sueño.
Los sueños se distinguen del contenido consciente por su falta de coherencia lógica y continuidad de desarrollo. Según Jung, los sueños no son producidos por la cortezacerebral, que está dormida, sino por el sistema nervioso simpático que funcionaconstantemente. Esta hipótesis es avalada por estudios experimentales posteriores a su obra (se descubrió que corteza no funciona en sueño MOR -donde se producen la mayoría de los sueños- y sí lo hace la protuberancia anular).
Otra diferencia entre sueño y contenido consciente es lo que Jung llama «irracionalidad» de los sueños, en el sentido que no están sujetos a limitaciones físicas o temporales y con frecuencia pintan criaturas que no encontramos en el mundo de la naturaleza. También son irracionales en que muy pocos «forman todos lógica, moral o estéticamente satisfactorios». Pasado, presente y futuro con frecuencia parecen fusionarse en los sueños, al parecer porque hay, en el inconsciente, contenidos atemporales que todavía no afloran en la conciencia.
Cabe señalar, sin embargo, que a pesar de la cualidad no racional de los sueños y, por lo tanto, de su similitud con contenidos mentales psicóticos, los sueños no son patológicos sino normales.
EL LENGUAJE DE LOS SUEÑOS
El lenguaje de los sueños, según Jung, es tan complejo y variado como el lenguaje de la conciencia.
Está compuesto por imágenes no verbales (la mayor parte), cuya complejidad y vividez presentan variaciones más notorias que las correspondientes experiencias del hombre despierto. Las imágenes oníricas son mucho más pintorescas y vivaces que los conceptos y experiencias que son su contrapartida cuando se está despierto. En nuestros pensamientos conscientes nos constreñimos a los límites de las expresiones racionales, expresiones que son mucho menos coloreadas, porque las hemos despojado de la mayoría de las asociaciones psíquicas.
En un nivel simple, el lenguaje onírico es figurativo, es decir, afín a las figuras que se utilizan en el habla. En la vida cotidiana se utilizan expresiones como «angelito», «animal», «zorro» para referirse a características tales como bondadoso, agresivo o astuto,respectivamente. De la misma forma, un sueño puede utilizar la figura de un toro para representar la fuerza física o la fortaleza interior.
En el siguiente nivel aparecen juegos de palabras y metáforas. En este caso las imágenes representan otra cosa o elemento, en ocasiones en formas poéticas como, por ejemplo, la imagen de un hombre alado que representa el deseo de libertad.
Otra característica de las imágenes oníricas es la exageración. Se manifiesta en los sueños cuando aparecen imágenes de objetos, personas o animales comunes, en forma desproporcionada; o bien algunas situaciones de la vida real aparecen exageradas casi hasta el ridículo.
La gran expresividad del lenguaje onírico se acentúa con la presencia del color en sus diversos grados de intensidad y tonalidad. No siempre se tienen sueños en colores. Jung planteó la hipótesis de que los sueños que poseen una gran carga emocional suelen recordarse en colores.
En algunos sueños se pueden reconocer imágenes que pertenecen a un lenguaje mitológico, es decir, metáforas de hechos o seres que han existido desde mucho tiempo atrás, y que con el paso del tiempo se han ido modificando en su expresión, pero no en su mensaje central. Esto cumple un objetivo: formar un puente entre «la forma como expresamos conscientemente nuestros pensamientos y una forma de expresión más primitiva y pintoresca (lo cual a su vez) conmueve directamente al sentimiento y la emoción». Jung decía que este lenguaje onírico era más vívido que las manifestaciones abstractas porque no está limitado por la mente consciente y permite una mayor riqueza de asociaciones.
LA ESTRUCTURA DE LOS SUEÑOS
Los sueños pueden ir de imágenes únicas a largas narraciones detalladas y muchos de ellos son similares a un cuento. Jung los describe como un «drama desarrollado en el propio escenario individual». En general, el drama se presenta mediante una estructura común amuchos sueños. Ésta puede dividirse en partes integrantes que facilitan la comprensión del desarrollo «argumental» y de los aspectos que se subrayan en el sueño, a la vez que permiten una más rápida identificación del contenido que falta.
La primera parte del relato de un sueño es la EXPOSICIÓN que incluye la especificación del lugar o ambiente, la descripción de los protagonistas o dramatis personae, y la situación inicial del sujeto. Puede incluirse algún dato sobre el tiempo (momento del día o estación del año).
La segunda fase suministra el DESARROLLO del argumento. La tercera etapa es la CULMINACIÓN, en donde sucede algo decisivo, o tiene lugar un cambio rotundo, sea para bien o para mal. La cuarta fase es la de RESOLUCIÓN.
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