Reseña película Nise: O coração da loucura. Arte e individuación

Karen Mena Moreno y Lina Mesa

Karen Mena Moreno y Lina Mesa son estudiantes del programa de Psicología de la Universidad de Antioquia, en sexto y tercer semestre, respectivamente. Correos electrónicos: yanitza.mena@udea.edu.co; julietd.mesa@udea.edu.co. Este artículo fue tomado de: Mena, K., y Mesa, L. (2018). Reseña película Nise: O coração da loucura. Arte e individuación [Reseña]. Revista de Psicología Universidad de Antioquia, 10 (1),
345-359. DOI: 10.17533/udea.rp.v10n1a14

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Nise, la recepción de Jung en Brasil y América Latina

En esta década se registran al menos dos obras cinematográficas importantes en relación con Jung y las aplicaciones de su teoría3, Nise: O Coração da Loucura es una de ellas4. La obra de Berliner es relevante en América Latina porque ha logrado presentar el caso de una ruptura en la psicología y la psiquiatría brasileña, en el tránsito de la medicalización a la comprensión empática de los pacientes. La película recrea, para cualquier público, la perspectiva biográfica de la protagonista, Nise Da Silveira —su relación con la sociedad, su relación marital, etc.—, su profesión médica tanto como los horizontes del mundo simbólico abiertos por la perspectiva de Jung, uno de los interlocutores que más contribuye al desarrollo de la comprensión del mundo psíquico y de la profesión médica de la protagonista, considerada la principal difusora en su país y en América latina de la obra y la terapéutica del autor (cf. Alonso, 2017).

Si por algo se caracteriza esta película es porque logra recrear el ambiente de un hospital psiquiátrico con personajes que encarnan tanto la corporalidad como la experiencia psíquica de los personajes en su mundo real, llevando al público a revivir las prácticas psiquiátricas de la segunda mitad del siglo pasado.

El filme da cuenta del arte como ámbito de expresión de lo arquetípico —sea del inconsciente personal o colectivo— y su capacidad de configurar escenarios para el despliegue de procesos terapéuticos, donde los pacientes pasen de la individuación aislada a la transducción colectiva o la inserción en un mundo social compartido.

Nise: O Coração da Loucura es una película realizada en 2015 en Brasil5,  protagonizada por Gloria Pires; galardonada como Mejor película y Mejor actriz en el Festival Internacional  de Cine de Tokio (TIFF) este mismo año6. Está basada en la historia real de la doctora Nise Da Silveira, médica psiquiatra, quien a través del desarrollo de su trabajo terapéutico con pacientes esquizofrénicos encontró un vínculo con la teoría junguiana. Nise nació en 1905 y murió en 1999 en Río de Janeiro. En Maceió, su ciudad natal, estudió medicina como única mujer entre 200 alumnos, allí conoció a Mario Da Silveira, con quien contrajo matrimonio posteriormente. En 1936 fue denunciada por tener libros catalogados como comunistas, lo que la llevó a prisión durante año y medio. Para 1944 fue reinsertada al servicio público y asignada al sector de terapia ocupacional (STO) del Centro Psiquiátrico Nacional Pedro II (cf. Alonso, 2017), un sector de poca importancia para la sociedad médica, considerado un espacio de ocio o trabajo para los enfermos psiquiátricos y no un lugar que apunta a la búsqueda de la salud de estos. La película narra su experiencia clínica en este hospital de bajos recursos y la transformación  progresiva de los pacientes, efecto de las intervenciones oportunas y desafiantes de Nise.

Construcción cinematográfica de un proceso de individuación  psíquica y colectiva (transindividual)

La primera escena nos muestra la llegada de Da Silveira al hospital y la dificultad para el ingreso, pues el encierro es tal que no se escucha el llamado ni los golpes cada vez más fuertes de la puerta. Es solo uno de los símbolos de las barreras que enfrenta, porque lo que acontece en el hospital es completamente ajeno a sus convicciones. La inducción a su trabajo implica el encuentro con los expertos del centro, aquellos que, en escenas conmovedoras,  someten a pacientes a la lobotomía y/o a los electrochoques —entre ellos Fernando— en un trato deshumanizado e insensible que Nise, desde el primer momento, no puede tolerar.

Es relegada por sus colegas, porque además de ser mujer en un entorno típicamente masculino, se adelanta a su tiempo cuando propone comprender el lenguaje del enfermo desde la policausalidad de los fenómenos psíquicos7, más que encontrar la cura a las enfermedades. Advierte que sus pacientes, a quienes denomina clientes8, más que requerir ser intervenidos “somáticamente” (con procedimientos tan lesivos como electrochoques o lobotomía), podían alcanzar cierto grado de regulación y bienestar al prestar atención a su singularidad, a la realidad individual que poco a poco fueron reconstruyendo en un entorno compartido. Una vía  que permite entender la realidad del individuo se entrevé en las representaciones artísticas, como es el caso de las figuras geométricas y mandalas que plasmaban los pacientes9 en el taller de pintura que Nise, junto con otros personajes del hospital (ayudantes, enfermeros y pacientes) desarrollaron dentro del programa de terapia ocupacional, conllevando directa o indirectamente a un proceso de individuación.

Nise logra mejorar el entorno que la rodea, específicamente  el STO; una transformación que empieza en el entorno físico del hospital: limpiar y disponer de otro modo el espacio, convocando al equipo de enfermeros en la tarea; introduce una manera de ver a los pacientes como personas que merecen habitar un ambiente agradable y digno. El cambio gradual, pese a la resistencia del equipo, no solo acontece a nivel ambiental, sino también en las actividades diarias de los pacientes y el trato recibido por quienes estaban a cargo; tal es el caso de Almir, en un principio no se acercaba por miedo a las reacciones agresivas que podían tener. De hecho, en uno de los primeros intentos de interacción, Nise es agredida y arrojada al piso por una paciente —Adelina— cuando la interroga por la muñeca que siempre lleva aferrada a sus manos, símbolo de un mundo impenetrable para los demás.

Para romper el miedo, entre otras acciones, Nise propone espontáneamente en el patio el juego con un balón —el cual realiza con su propia media y un trapo que le ofrece Lucio, uno de los pacientes— y observa la reacción que produce la interacción. Almir teme que ella sea agredida de nuevo y le pide retirarse; pero Nise, que no teme a los pacientes, ni al inconsciente, como le revela Jung en la correspondencia sostenida con ella —como se verá más adelante—, lo insta a unirse de manera activa al equipo de trabajo. Es él, justamente, quien propone integrar la pintura a la terapia ocupacional, pues estaba interesado en las bellas artes y le parecía que la doctora estaba “sacudiendo el aguacate en el hospital” —para referirse a la conmoción que generaba su intervención—. Antes se dedicaba a hacer bocetos de lugares como el patio del hospital, desde una prudente distancia que le permitiera observar sin involucrarse, y a partir de esta propuesta se convierte en un personaje central en la película.

Nise toma una postura férrea desde la cual busca transformar el contexto y a sus pacientes, basándose en el apoyo terapéutico que se sostiene en la capacidad de los pacientes para restablecerse a través de su propio saber y la interacción con el entorno. Ella ve en los enfermos a individuos en potencia de reestructurarse mediante la socialización y la comunicación por vías alternas, impensables para sus colegas; es el caso de la salida de campo que organiza con pacientes, enfermeros y ayudantes del hospital para promover el contacto con un entorno diferente. Nise brinda a cada uno la posibilidad de usar la vestimenta que quisieran para la ocasión, la libertad de caminar, de interactuar con el agua, con el sol, con la naturaleza, en un descubrimiento del propio cuerpo, del poder de la imagen y la mirada del otro como fuente de reconocimiento e identidad. Es el caso de Adelina al mirarse al espejo y sentir el júbilo de su imagen reflejada, al maquillarse y buscar el atuendo preciso para iniciar la seducción que la acercará a Fernando en una experiencia afectiva que los conecta a ambos con el mundo; o la mirada de gozo de Emygdio —quien se une por primera vez al grupo en la salida de campo—; también de Raphael, al contemplar el sol y sentir sus rayos constatando que se puede vivenciar el afuera sin perderse a sí mismo.

A partir de la confianza depositada en ellos y del reconocimiento de aspectos de su identidad, obtienen cierta estabilidad transitoria, aquella que les brinda Nise al permitir explorar sus capacidades e interacciones sin limitarlos; los pacientes están impulsados a conservar lo que han sido y, al mismo tiempo, a cambiar desafiando sus propios límites. Dentro de ese despliegue que muchos logran por medio de la pintura se encuentra  uno de los pacientes emblemáticos: Emygdio, quien enmudeció cuando, estando fuera de la ciudad, su novia se casó con su hermano. Él lleva veinte años internado en el hospital psiquiátrico con un diagnóstico crónico e irremediable, según los médicos del centro; aun estando apartado de la “influencia cultural” —como lo plantea Nise en su correspondencia con Jung— pinta obras llenas de armonía, belleza, drama y seducción,  las cuales realiza en total libertad, sin ningún modelo propuesto, pues sus obras son la expresión palpable de arquetipos10, que desde la teoría junguiana remite a imaginarios colectivos que inciden en la forma de pensar y de actuar de los individuos.

Otro de los casos es el de Raphael, un joven que hace dibujos con su excremento; desde en su infancia, según su madre, hacía dibujos hermosos y perfectos hasta que su padre los abandona y este tiene que empezar a trabajar; esta ruptura afectiva da pie al inicio de la enfermedad; sin embargo, en el encuentro con una de las asistentes de arte de Nise, Raphael cambia sus rayas por dibujos con más forma, hasta lograr maravillosas obras inspiradas por su musa. A partir de los dibujos y la interacción con Marta, logra expresiones que no solo resultan artísticas, sino también curativas al establecer vínculos con los demás y salir del ensimismamiento.

Antes de Nise llegar a este lugar, los pacientes deambulaban por los patios y corredores, siendo “peones de juego” del personal del hospital, como es el caso de Lucio a quien los enfermeros provocaban para pelear con otros pacientes, con el fin de apostar cuando estos luchaban. Durante mucho tiempo permaneció internado en una celda como una persona violenta incapaz de generar empatía, sin embargo, se convierte en un gran escultor y logra establecer un lazo afectivo con uno de los perros que Nise introduce en su programa de terapia ocupacional; Lucio lo adopta, cuida, alimenta y protege. Nise percibe que la responsabilidad de cuidar y alimentar a un animal contribuye a la rehabilitación de los pacientes; contrario a lo que pensaban sus colegas, incapaces de aceptar nuevas prácticas y reconocer sus efectos terapéuticos. Con argumentos sobre la sanidad en el hospital la confrontan y amenazan, recordándole que está prohibido tener animales. Una de las escenas más dramáticas de la película es el enfrentamiento de Lucio con la muerte de su perro, envenenado al igual que las demás mascotas. Las palabras de reproche a Lima —el enfermero—, con un llanto incontenible, antes de golpearlo con una piedra en la cabeza, son la expresión vívida del dolor y la pérdida de confianza en el vínculo que, con tanto esfuerzo, había logrado construir con su perro y con el equipo: “Si me lo iba a quitar, ¿para qué me lo dio?”. Esta agresión le costó un retroceso en su tratamiento y una intervención  severa que Nise no logra detener, pese a que acude al Dr. Cézar, psiquiatra a cargo del proceso de Lucio, pidiéndole que no actúe apresuradamente. Igual de conmovedora  es la escena en que Nise, en total soledad en la STO, escucha a lo lejos los gritos de Lucio al ser intervenido con electrochoques y lanza con desesperación su propio grito de impotencia. (Berliner, Letier & Bondarovsky, 2015)

La relación de Nise con los animales no es solo en la dimensión de coterapeutas11, quizá la única referencia temporal que ofrece la película es el cambio que se aprecia en sus gatos, al inicio cachorros, para sugerir en la narrativa, por su crecimiento, que han transcurrido quizás tres años para que sea posible alcanzar los cambios que gradualmente  vive cada uno de sus pacientes y el hospital mismo en las sucesivas intervenciones  y desafíos sobre llevados por la protagonista

Las pocas escenas que ofrece la película sobre su vida personal nos muestran a la protagonista en compañía de las mascotas y de su cónyuge. Es su compañero, interlocutor sensible, dispuesto a la escucha y conocedor de las vicisitudes de Nise, quien le regala en su cumpleaños un libro de Jung. Esta obra se convierte en su guía para enlazar las prácticas y la postura que asume con un mayor grado de consciencia y comprensión, que la motiva a escribirle directamente a Jung para compartirle sus experiencias en el hospital. En su respuesta, Jung, no sospecha siquiera que se dirige a una mujer, pues la llama “Dr. Da Silviera”; en la misiva le señala la importancia de la historia personal, de indagar en la biografía de los pacientes para ir a la génesis de los problemas; sin temer al inconsciente, lograr, poco a poco, restablecer cierta unidad, acompañar al paciente a avanzar en sus posibilidades de articulación con sí mismo y su entorno, en este caso mediante la expresión artística de manera privilegiada. Para sus pacientes, la pintura y la escultura —el arte— comprenden una vía de comunicación, un plano de simbolización mediante el cual acceder a aquellas dimensiones de sí y de su entorno con las cuales habían perdido contacto, rezago de su encierro y de la vulneración a su dignidad.

Uno de los casos más llamativos es el de Fernando; él inicia con trazos imprecisos y temerosos a pintar imágenes al parecer desconectadas, pero al seguir la recomendación de Jung, Nise indaga sobre su historia, con el apoyo de los familiares, y gradualmente logra reconocer la composición de escenas que cobran unidad y sentido, como la habitación que recorría en su infancia y el recuerdo de un amor inalcanzable.

En el hospital psiquiátrico el arte se convierte en una acción contundente que puede modificar las posiciones subjetivas y colectivas, como se afirma en la película:

(…) una de las revelaciones más poderosas del arte es la revelación del inconsciente. Y él es tan misterioso en el normal, como lo es en el llamado anormal. Las imágenes del inconsciente son apenas un lenguaje simbólico que la psiquiatría tiene como tarea descifrar. Pero nadie impide que esas imágenes  y señales sean armoniosas, dramáticas, seductoras, vivas o bellas, construyendo  en sí verdaderas obras de arte. (Berliner, Letier &  Bondarovsky 2015).

Nise, con ayuda del crítico de arte Mário Pedrosa, funda el Museo de Imágenes del Inconsciente, allí expone las obras de los pacientes, con el fin de mantenerlas como material que permita el estudio de las enfermedades  mentales. Es entonces en la libertad de la pintura, del dibujo y la escultura donde los enfermos (esquizofrénicos) expresan de manera espontánea la realidad que hasta entonces no habían podido desarrollar. El arte evidencia también las posturas políticas de Nise, que tanto influyó en su visión de mundo, en su historia personal y profesional. Refiriéndose a la ideología de Nise, Frayze-Pereira, en su artículo Nise da Silveira: imagens do inconsciente  entre psicologia, arte e política afirma que: “En ella se define una tarea concreta y una posición política: impedir a cualquier precio que la obra se transforme en mero artefacto, en simple mercancía, que el museo a lo largo del tiempo adquiera facciones de un mausoleo, que se convierta en la sepultura del arte, la banalización de la cultura” (2003, p. 203-204 ).

Las actividades artísticas (pintura, escultura, dibujo, entre otras) permiten a lo largo de la película repensar la enfermedad de pacientes que estaban catalogados como crónicos e incurables. Cumplen una vía de acceso al inconsciente de personas que normalmente no se comunican,  convirtiendo  las imágenes o dibujos en su lenguaje, puesto que a través de ellos expresan historias pasadas o emociones vividas en el presente, lo cual promueve su elaboración, aunque no haya plena consciencia del contenido. Todo esto se propicia en la relación del grupo, en el entre de las vivencias y el acompañamiento terapéutico, mediante un despliegue de potenciales, de desarrollo de la singularidad en relación con otros; esto es, un proceso de individuación.

La película finaliza con escenas de Nise a sus 82 años, en una entrevista12 que se le realizó en abril de 1986, donde es evidente su actitud alegre frente a la vida, que ha pasado a la historia no solo por sus libros13, también por la sensibilidad de Berliner para transmitir el espíritu aguerrido de la protagonista en cada detalle de la historia, cerrando con sus propias palabras: “nosotros estamos pretendiendo la recuperación de hombres considerados inútiles, para una vida socialmente útil, y tal vez más rica que la vida anterior que llevaban”.

Caminos para explorar una psicología de la individuación

Desde una perspectiva junguiana la individuación es “un proceso de diferenciación, que tiene por objeto el desarrollo de la personalidad individual” (Stein, 2007, p. 26). En el filme cada personaje toma un camino de desarrollo de sí mismo, en un entendimiento que hasta ese momento no se había posibilitado por vías diferentes: el arte y, en cierto grado, la toma de consciencia de sí mismo y de sus pares. Ahora bien, ¿cómo pensar ese proceso de diferenciación en el cual se da el desarrollo de la persona? Para responder a esto, Jung plantea un proceso incansable de hacer consciente el material inconsciente.

Al ser inacabados, los sujetos tienen muchas posibilidades de individuación, lo que les permite continuar resolviendo problemas —propios y del medio— y así desplegar potenciales preindividuales hacia lo colectivo. Para Jung, un primer momento de ese proceso es la separatio, en este el individuo realiza conscientemente una separación de lo colectivo para diferenciarse y así fortalecer su singularidad. En un segundo momento: coniunctio; si bien el sujeto se aísla, posteriormente  realiza una asimilación de los contenidos inconscientes —no solo pasados, también hacen parte del hic et nunc—, articulándolos con el contenido consciente, y a partir del conocimiento que se tiene de sí mismo y del otro se da un despliegue de la individualidad (Stein, 2007).

La película pone de manifiesto este proceso cuando la protagonista decide realizar una introspección acerca de su rol dentro del equipo médico frente al tratamiento de los pacientes, a partir del cual hace un alto en el camino para desligarse de las prácticas de su época (lobotomías, electrochoques, etc.); decide, entonces, reformar el sector de terapia ocupacional incluyendo el trato humanizado, el conocimiento y la comprensión de la biografía de los pacientes (anamnesis), la comunicación con la familia, el entendimiento del lenguaje inconsciente y el apoyo terapéutico a través del arte y de los animales (co-terapeutas). Siguiendo el pensamiento de la doctora Nise, se puede afirmar, con Stein, que la “mayor parte de lo que es característico de cada persona y de cada sociedad nace de la interacción de una serie de factores y de determinaciones históricos: el tiempo y el lugar de origen, la herencia genética y la herencia cultural” (2007, p. 11).

Nise identifica una modificación significativa de las actitudes de los pacientes en la interacción con el medio, bien sea un nicho ecológico, discursivo y/o cultural; ecológico porque interactúan con la naturaleza en las salidas de campo y las mascotas que tienen a su cargo; discursivo porque son atravesados por experiencias personales y grupales, constituyéndose  a partir de estas; y, cultural en la medida en que despliegan y comunican sus potenciales a través del arte y el trato con otros individuos. Gracias a estas integraciones se da pie a una nueva individuación colectiva, pues en el encuentro se individúa  el sujeto, se individúa  el otro y se individúa  el entorno. De igual manera, en Nise se evidencia una nueva individuación al actuar como la “salvadora” de los pacientes que son tratados de forma agresiva, al evitar que se realice en ellos prácticas invasivas; para ella, intervenir el contexto médico modifica su psique y por lo tanto sus acciones, sin perder de vista sus límites y los verdaderos alcances de su intervención.

La apuesta de Nise consiste en la confianza en las posibilidades de cada uno y en la fuerza del vínculo; un proceso que se da en el entre: “el tejido del nosotros sin el cual no puede constituirse el cada uno” (Gil, 2016, p. 22). Teniendo en cuenta esa comunicación del inconsciente del individuo, que implica una relación de interdependencia con el otro y una constante remoción de sí mismo, ¿cómo se establece la interacción con lo colectivo? Si el ser humano habita en un entorno social y cada una de sus experiencias están ligadas a los otros, ¿se puede establecer una individuación no solo personal sino también colectiva? Como afirma Jung, en la individuación el “fin último es la toma de conciencia y la integración de los niveles somático, psicológico y espiritual del ser, tanto en el nivel individual como en el colectivo” (Stein, 2007, p. 14).

Desde el punto de vista simondoniano la individuación psíquica se da simultáneamente con la individuación colectiva; en ese sentido, individuo y medio conforman un sistema (Simondon, 2009). A propósito,  Gil afirma que “la transducción es participación en un entorno común desde el cual se constituye el ser en un límite entre exterior e interior en continua interdependencia: el ser transforma el entorno y a la vez es transformado  por este” (2016, p. 54). Los cambios en el ambiente propician la individuación, tal como se ve en el caso de los pacientes del hospital. Por tanto, la sociedad, en la cual se está en constante devenir, actúa como escenario para la integración, mediante la producción artística, de individuos que estaban confinados al encierro. En ese sentido puede afirmarse también que “la conciencia colectiva no está hecha de la reunión de las conciencias individuales,  del mismo modo que el cuerpo social no proviene de los cuerpos individuales” (Simondon, 2009, p. 404); los lazos entre ambos se consolidan, creando un sistema que funciona bajo disparidades y tensiones, resueltas solo de manera transitoria.

El encuentro con el arte configura una forma distinta de relación médico-paciente, como indica Jung: “No nos hagamos la ilusión de que sólo partiendo del intelecto asimos el mundo” (1985, p. 304), también mediante aquellas imágenes que exteriorizan el ser, plasmadas con ayuda de otros, se genera cierta estabilidad en la cotidianidad. A partir de las vivencias que suscita la presencia y la intervención de Nise, se abre paso la individuación, aquella que “(…) impulsa la consciencia y la realización de la persona más allá de los límites a los que llegan los procesos normales del desarrollo regido por la genética, la psique y la sociedad” (Stein, 2007, p. 13). Nise usa el pincel como herramienta para permitir que los sujetos (pacientes) logren expresarse y con esto alcanzar cierta mejoría, por eso confronta a sus colegas por la continua oposición a su trabajo y la defensa de las técnicas invasivas que utilizan; le dice a uno de ellos: “mi instrumento es un pincel, el suyo un picador de hielo” (Berliner, Letier & Bondarovsky, 2015)14.

Estos individuos son, entonces, un conjunto de información, una red de interacciones y significaciones compartidas, aunque no se tenga plena consciencia de ellas —Nise con los pacientes, Lucio con los animales, Emygdio con el arte, Raphael con Marta, etc.—, conformando un sistema. Este entorno actúa como modulador en el que acontece la individuación psíquica y colectiva, dando paso a la transindividuación. La individuación es entonces, sistema entre mundo y sujeto, que implica reconocer el comportamiento  del sí mismo y del otro: “las dos individuaciones,  psíquica y colectiva, son recíprocas entre sí; permiten definir una categoría de lo transindividual que da cuenta de una unidad sistemática entre individuación interior y la individuación exterior” (Simondon, 2015, p. 33).

Dado que el individuo nunca está completamente individuado, está en potencia de realizar cambios profundos en su ser, gracias al devenir y a la permanencia: nuevas transindividuaciones son generadas. Se observa en la película una manera renovada de concebir e intervenir la enfermedad mental, tal y como lo establece Jung: No podemos cambiar nada sin antes comprender”. El arte cumple un papel fundamental en la terapia ante la enfermedad, la crisis y la imposibilidad de dar expresión y comunicar afectos individuales y/o colectivos; no solo se individúan las personas sanas, “normales”, también lo hacen los “enfermos”, por vías que pueden adecuarse a la manera en la que estos se relacionan con el mundo. Realidad que tanto la psiquiatría como la psicología tienen la tarea de descifrar, para crear así entornos donde prime el trato humanizado a los pacientes con alteraciones psíquicas; la escucha, la observación atenta de la situación, la comprensión de la trayectoria y el momento presente generan alternativas para el entendimiento y la comunicación.

La película cobra relevancia para la disciplina porque no solo valoriza la contribución teórica y terapéutica de Jung a la psicología, muestra también que la patología puede concebirse, en sí misma, como un proceso de individuación, al tener en cuenta tanto las determinaciones individuales como la posibilidad de transformar el entorno en una continua mediación. De manera magistral Nise muestra las posibilidades de una psicología de la individuación desde el corazón de la locura.

Notas de pie de página

1   Esta reseña se realiza en el marco de la investigación Bases conceptuales de una psicología de la individuación, con el propósito de articular las temáticas tratadas en la película: Nise: el corazón de la locura con las teorías sobre la individuación, abordadas desde la perspectiva de Gilbert Simondon (1924-1989) y Carl Gustav Jung (1875-1961).

2   Estudiantes del programa de Psicología de la Universidad de Antioquia, en sexto y tercer semestre, respectivamente. Correos electrónicos: yanitza.mena@udea.edu.co; julietd.mesa@udea.edu.co

3   Se hace referencia a la película Un método peligroso, realizada  en coproducción germano-canadiense y dirigida por David Cronenberg en el 2011; protagonizada por Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Keira Knightley y Vincent Cassel. El guion fue adaptado por el escritor Christopher Hampton quien obtuvo reconocimientos por su obra de teatro The Talking Cure (2002). La película muestra aspectos del desarrollo profesional y teórico de Jung, encuentros y desencuentros con Sigmund Freud y acontecimientos que marcaron su pensamiento, como la relación sostenida con una de sus pacientes, Sabina Spielrein. La película, clasificada como drama histórico psicológico, ha recibido varias críticas por considerarla alejada de la realidad y ubicarla, incluso por un sector de la crítica, en la categoría de ficción. (Fuentes, Martínez, Piñeiro y Angosto, 2008).

4   Roberto Berliner es productor y director de películas y documentales, entre estas: Nise: O Coração da Loucura (2015), Herbert de Perto (2009) y A Pessoa É Para o Que Nasce (2003). También es fundador y socio de TV Zero. Ha dirigido videoclips, anuncios, programas para TV, cortos y largometrajes de ficción; lo que le ha hecho merecedor de premios nacionales e internacionales en todas las categorías (Casa América Cine, S.F).

5 Se estrena en Brasil el 21 de abril de 2016 en el idioma portugués, con una duración de 106 minutos. El guion es realizado por Roberto Berliner —su director—, Patricia Andrade, Leonardo Rocha, Flavia Castro, Mauricio  Lissovsky, Chris Alcázar y María Camargo; con la actuación de Glória Pires (Nise Da Silveira), Simone Mazzer (Adelina), Julio Adrião (Carlos), Claudio Jaborandy (Emygdio), Fabrício Boliveira (Fernando), Roney Villela (Lucio), Flavio Bauraqui (Otávio), Bernardo Marinho (Raphael), Roberta Rodrigues (Ivone), Augusto Madeira (Lima), Zé Carlos Machado (Dr. Nelson). La banda sonora es de Jaques Morelenbaum.

6 Es su principal reconocimiento por tratarse de uno de los festivales más grandes y prestigiosos de Asia, el cual otorga el premio Tokyo Sakura Grand Prix a la mejor película. También ha sido galardonada como Mejor Película —Premio del público— Festival de Río, 2015 y 2016; American Film Institute: Top 10 —Mejores películas del año—; Mejor Película Cine Fest Brasil, Buenos Aires, 2016; Mejor Película Cine Fest Brasil, Montevideo, 2016; Película de apertura —Jangada— Festival de Cine Brasileño de París, 2016; Película de clausura Festival Pachamama, Rio Branco, 2015.

7  Según Ramírez (2012), hay tres factores causales de los fenómenos psíquicos: biológico, discursivo, y ocasional. Cada uno de ellos se ramifica en dos ejes: singular o individual y del entorno o ambiental. La policausalidad muestra la conjunción de todos los factores: lo biológico y lo discursivo son huellas de acontecimientos, producto del factor ocasional, en el individuo o grupo cultural. Aunque un factor llegue a ser predominante en una u otra situación, no quiere decir que los demás sean excluidos.

8 Nise desde la perspectiva humanista denomina a sus pacientes “clientes”, pues afirma que ella y el personal médico están al servicio de estos; privilegiando el trato humanizado. Concepto fundamentado además desde la noción de Carl Rogers quien propone la terapia centrada en el cliente en su libro Psicoterapia Centrada en el Cliente (Arias, 2015, p. 146).

9 Es a raíz de los mandalas que Nise apreciaba en las pinturas de sus pacientes, que inicia el intercambio epistolar con Jung en 1954 y lo sostiene por varios años. Es tal el interés mutuo que Jung la invita al Zurich a exponer el trabajo realizado en Brasil en el “II Coloquio Internacional de Psiquiatría” (muestra titulada “El Arte y la Esquizofrenia”, 1957). En dos periodos realizó estudios en Suiza en el Instituto C.G. Jung (1957-1958, 1961-1962), y a su regreso se encarga de expandir la obra de Jung en Brasil y, bajo su efecto, en Latinoamérica (cf. Alonso, 2017).

10 “El arquetipo  es una forma simbólica que hace acto de presencia y entra en función allí donde aún no se dispone de conceptos conscientes o donde no son éstos posibles, ya sea por motivos de índole íntima o por motivos exteriores. Los contenidos del inconsciente colectivo aparecen en la consciencia como acusadas tendencias y concepciones” (Jung, 1985, pp. 149-150).

11  Una buena parte de los procesos de apoyo los comentó en su libro Gatos, a Emoção de Lidar (Gatos, la emoción de cuidar), publicado  en 1998. En este, muestra que los gatos son más que meros cazadores, describiendo todas sus cualidades, en especial su capacidad de generar afecto a los enfermos mentales. Ella también se rodeaba de gatos en su casa; al verlos indefensos en la calle, los recogía y se los llevaba con ella. Se dice que llegó a tener en algún momento 23 gatos. La doctora Da Silveira dedica el libro, ilustrado por magníficas fotos de Sebastián Barbosa, a los gatos que tuvo en la vida, entre ellos, el último, Carlinhos, llamado así en homenaje a Carl G. Jung (cf. Alonso, 2017).

12  Esta entrevista se realiza del 15 al 17 de abril de 1986, para el documental Posfácio: imagens do inconsciente, dirigido por Leon Hirszman, fallecido antes de que pudiera editar el material con Nise da Silveira; por lo que Eduardo Escorel rodó el documental, estrenado en abril del 2014 con duración de 1 hora 19 minutos.

13  Entre sus obras se destacan:  Jung: vida e obra  (1968); Imagens do inconsciente (1981); Casa das Palmeiras. A emoção de lidar. Uma experiência em psiquiatria (1986); O mundo das imagens (1992); Cartas a Spinoza. (1995); Gatos. A Emoção de Lidar (1998).

14  “En 1945 el neurólogo Walter J. Freeman y el cirujano James W. Watts modificaron la técnica de Moniz y Lima, introduciendo un leucótomo similar a un picahielo a través de la órbita, hasta llegar al cerebro”. ( Stucchi-Portocarrero, 2013) W. Freeman utilizaba un picahielo para remover parte del lóbulo frontal y, pese a los daños, la técnica alcanzó gran difusión en las primeras décadas del siglo XX, porque permitió comprobar algunas teorías y obtener rápidas mejorías en los pacientes. Solo el avance en la investigación farmacológica logró detener esta práctica y mostrar alternativas terapéuticas.

Referencias

Alonso, J. C. (noviembre, 2017). Análisis de la película “Nise, el corazón de la locura”. ADEPAC. Recuperado de http://www.adepac.org/inicio/analisis-de-la-peli- cula-nise-el-corazon-de-la-locura-juan-carlos-alonso/

Arias, Walter (2015). Carl Roger y la terapia centrada en el cliente. Av. Psicol., 23 (2), 141-148

Berliner, R (Director) (2015). Nise, el corazón de la locura [Cinta cinematográfica]. Brasil: TV Zero.

Frayze-Pereira, João A. (2003). Nise da Silveira: imagens do inconsciente entre psicologia, arte e política.  Estudos Avançados, 17(49), 197-208. Recuperado de https://dx.doi.org/10.1590/S0103-40142003000300012

Gil, Lina. (2016). Psicología, trabajo  e individuación. Bogotá: San Pablo.

Hirszman, L., Escorel E. (productores) (1984-2014). Posfácio: Imagens do Inconsciente [Documental]. Brasil (Disponible en https://youtu.be/EDg0zjMe4nA)

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Jung, C. G. (1985). Tipos psicológicos. Tomo II. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. Penlava, J. J. (2012). Cuando Carl encontró a Sigmund [Un método peligroso. A Dangerous  Method,  David  Cronenberg,  Canadá-Reino Unido-Alemania, 2011]. El Espectador Imaginario. Recuperado de: http://www.elespectadorima- ginario.com/pages/febrero-2012/criticas/un-metodo-peligroso.php.

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