Kathleen Newton
Analista junguiana, nació en 1918 y falleció en 2009. Fue miembro de la Sociedad de Psicología Analítica de Londres. Analista y supervisora. Se entrenó como psiquiatra y trabajadora social en el London School of Economics. Este documento corresponde a la ponencia que dictó durante el XIV Congreso Internacional de la IAAP en Florencia, Italia en 1998, cuyas conferencias fueron en torno al tema Destrucción y Creatividad.
Traducido del inglés por Ana Rico de Alonso
He tenido reservas sobre la palabra “bueno” en el título. Prefiero “confiable”. Para mí, nuestra capacidad de trabajo analítico depende de nuestra habilidad para vincularnos en profundidad con nuestros pacientes: ofrecerles una relación en un espacio que los contenga, en el cual la dinámica intrapsíquica del paciente pueda entrar en interacción y ser expresada interpersonalmente. Las diferentes formas de hacerlo dependen tanto de la naturaleza de los conflictos que trae el paciente, y quiénes somos como personas en relación con nuestros propios conflictos internos.
La hipótesis de Jung sobre el self como totalidad, con su propio centro regulador, que produce una dinámica consciente / inconsciente, es central para mí. La amplificación de Michel Fordham en términos del self primario y las dinámicas arquetipales y personales en el desarrollo, nos ha permitido pensar esta dialéctica como un proceso que continúa a través de toda la vida.
En razón de este modelo, un factor sobre la forma de cómo relacionarnos con nuestros pacientes depende de la calidad de integración del ego que hayamos logrado. Esto, a su vez, va a influir sobre los modelos teóricos que tienen resonancia para nosotros y que usamos creativamente en nuestro trabajo. El conocimiento, en la medida en que sea intelectualmente estimulante, si no se ha digerido emocionalmente, no será fructífero en una relación analítica. Cito la afirmación de Jung:
El paciente, al traerle al analista un contenido activado inconscientemente, constela el correspondiente material inconsciente en él, debido a la inducción que ha emanado siempre en él de proyecciones en mayor o menor grado. Analista y paciente deben encontrarse en una relación basada en el inconsciente mutuo (CW 16:364).
Jung continúa diciendo que en esta situación, es vital que el analista encuentre una posición consciente para que un proceso evolucione en el cual ambos se transformen. Dio apertura a la interrelación de las dimensiones arquetípicas y personales, y elaboró sobre los desafíos para el analista en términos de permanecer relacionado con el proceso –lo cual implica una carga emocional considerable- y no esconderse tras una persona profesional. De esta manera, Jung se extendió sobre la profundidad del desafío de trabajar con la contratransferencia, aunque no usara ese término. Vinculó esta discusión con los opuestos y la conjunctio en el simbolismo alquímico. El concepto de identificación proyectiva ha sido muy valioso para aumentar la comprensión del vínculo inconsciente y las formas de trabajar con él, que Jung describe.
Hay muchas formas diferentes en las que nosotros como junguianos nos relacionamos y desarrollamos las ideas de Jung. Samuels (1985) ha explorado esto en detalle. Estas diferencias pueden conducir a choques creativos y perspectivas ampliadas, o a divisiones, si ciertos enfoques se identifican apasionada-mente como la única forma de ser un “uen Analista Junguiano”.
Creo que se acepta generalmente en la actualidad que los desarrollos en ideas entre junguianos y psicoanalistas hacen posible permanecer arraigados en la metapsicología de Jung a la vez que también se hace un uso creativo de otros enfoques. Evidentemente, todos necesitamos encontrar nuestras propias orientaciones con la influencia de nuestra psicopatología.
¿Qué tiene que ver todo esto con nuestro título y entrenamiento?
Teniendo en cuenta que una meta central es estar dentro de un proceso de curación, todos somos vulnerables a la idealización de nuestros roles; ser un “Buen Analista Junguiano” puede volverse un ideal persecutorio e inhibir nuestra capacidad de enfrentar y trabajar con nuestras respuestas afectivas. Estas nos conectan con los opuestos: los afectos negativos y positivos en el interjuego consciente / inconsciente con el paciente, incluyendo tiempos de no saber, de entender mal, momentos en que es importante permanecer con las proyecciones y contener la experiencia de depresión y fracaso –la cual puede entonces ser enfrentada con el paciente – y momentos de satisfacción con un sentido más profundo de integración.
Permanecer y trabajar con estas vicisitudes me muestra algunos aspectos de lo que constituye un analista junguiano confiable. Soy consciente que hay muchos más factores involucrados. En el entrenamiento, la combinación de un análisis personal, supervisión y seminarios parece vital.
Claramente, los seminarios deben ofrecer unas buenas bases en la metapsicología de Jung y en las muchas formas en las que sus ideas han sido aplicadas y desarrolladas clínicamente. Es importante también, que los seminarios dictados por diferentes docentes, incluyan las formas en que las ideas psicoanalíticas han probado ser fructíferas clínicamente. De esta manera, los alumnos son introducidos en muchos canales diferentes de comprensión, que serán desafiantes y en ocasiones van a confundirlos. El aspecto positivo, no obstante, es que los alumnos tendrán que trabajar para individuarse y encontrar una posición válida personalmente en relación con el material de sus pacientes. Así, deben caer en cuenta que están involucrados en un proceso en curso que va a abrir sendas de comprensión más que a darles las respuestas definitivas.
Finalmente, nuestra búsqueda de sentido nos compromete con un proceso de individuación en curso tanto en nuestras vidas como en nuestro trabajo. Estoy pensando en una espiral: el proceso en el que profundizamos la posición de nuestro ego, tanto en relación con la dinámica de nuestro mundo interior como con los patrones culturales del mundo exterior. El comentario que se cita como mencionado por Jung “Me alegra ser Jung pero no ser un junguiano” sería relevante.
Pareciera que él estuviera diciendo que aunque podamos enriquecernos con su creatividad, lo último que quisiera es que nos quedemos exclusivamente identificados con él en lugar de encontrar nuestras propias orientaciones .
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